Sólo hay algo peor que la nariz de esfinge de Guiza del gordo de Andy y Lucas. Sólo algo peor que el late night de Henar Álvarez o el Yo Adicta de Javi Giner; un árbol de Navidad con adornos en color crema, de mami beige aspirante a Laura Escanes que queda con las amigas en la cafetería del Zara de Hermosilla.
Estarían perseguidos en mi dictadura.
Dejadme vivir en la Ciudad Esmeralda, con esa promoción de ensueño que están haciendo Ariana Grande y Cynthia Erivo, todo el tiempo de subidón emocional, empáticas de más, cogiéndose las manos, llorando con cualquier anécdota, emocionadas de estar viviendo el mejor momento de sus vidas.
Ellas son la Navidad.
Son disociación.
Lo del pavo de acción de gracias es algo que nunca me ha llamado la atención. Pero el desfile ese neoyorquino con los globos gigantes en forma de Snoopy, sí.
Eso si estaría en mi dictadura.
Es majestuoso, como de Imperio Romano.
Recuerdo un globo gigante de Spider Man comiéndole el culo al Tío Sam, creo recordar.
Fui al evento de los cinco años de Subterfuge Radio, a decir unas palabras.
Cinco años de Subterfuge Radio y también de Pijas Marrones, que parece que fue ayer ese primer programa con Samantha Hudson.
Por ahí vi a Diana Aller, totem de Madrid, que presentaba su podcast Ola Cariño, a su hermana María Aller que tiene otro podcast de cine y a muchos compañeros que no conocía.
RamiroE vino a saludarme, encantador, que hacía siglos que no le veía. Sus fotos marcaron época en los noventa pop de la sala Maravillas y el Tupperware.
También vi por ahí a Gemma del Valle, que mientras Carlos Galán entrevistaba a un inspiradísimo Ramoncín, hacía estiramientos de yoga.
Como siempre, hice bomba de humo.
Houdini.
Serrano ya rebosaba de Navidad.
Por cierto, este 18 de diciembre, miércoles, a las 20:30, os espero a todes en el Especial Navidad, en directo, de Pijas Marrones, en el Palacio de la Prensa. Estaré con Orojondo y con La Crawford celebrando la Navidad con todos vosotros.
!Que no os dejen sin vuestra entrada!
Para comprarlas entrad en la web de El Palacio de la Prensa.
Fascinado con las fotos de Annie Leibovitz a Felipe y Letizia.
Son escala regia.
Leibovitz vuelve a su mejor época del Vanity Fair de los noventa, principios de los dosmiles.
Las fotos son rotundas, con empaque, con decadencia.
Los plebeyos critican, que si las fotos han salido muy caras con dinero público. A ver, chicas, ahora descubrís en qué consiste la monarquía…
La monarquía es eso.
Antes encargaban retratos, ahora fotos.
También critican que Letizia más Reina luce estrella de Hollywood en la red carpet. Puede ser cierto, pero incluso eso está muy estudiado ya que haber aparecido con corona hubiese resultado excesivamente ostentoso para un país como España.
El fondo, con reminiscencias al videojuego de Last of us también ha sido criticado por al plebe. Curioso, cuando lo que más carácter da a la foto es precisamente ese fondo lúgubre y en descomposición. Junto, por supuesto, con la capa chal roja, tan de Reina Roja y tan PSOE.
Casi me da un parraque al ver a Jacob Elordi con barba. Con lo guapo que es este chico y lo bien que siempre suele quedarle la barba a todo el mundo y nunca he visto a un chico al que le quede peor.
Como de pijo jugando a ser homeless por un verano.
Pero, de pronto, afinando la vista, lo que son las cosas, vi el vivo retrato de Jesucristo antes de subir a la cruz.
Nos pusimos la nueva peli de Navidad de Lindsay Lohan en Netflix. La de este año se titula Nuestro Secretito, que es un título como muy Muchachada Nui.
Lindsay está más guapa que nunca (ella es The Substance, la que pincha y la que sale del lomo) y una película de estética Hallmark con gente republicana con dinero siempre es calor de hogar y ASMR, pero la película, pese a las lucecitas de fondo, me resultó poco navideña.
La Navidad no puede ser solo un escenario de fondo.
En una película de Navidad tiene que haber un milagro navideño, más allá del vodevil.
De suegra hace la gran Kristin Chenoweth, la Glinda original del musical Wicked, que, además de ser una pija marrón, me fascina porque se le nota a la legua lo diva inaguantable que es.
Bastante más me gustó e impactó Al Margen, bestial documental de Eduardo Casanova, en Filmin, sobre un chico con la cara quemada que pulula por Madrid.
El documental indaga en quién hay detrás de ese rostro desfigurado, detrás de esa máscara.
Tan solo os puedo decir que se trata de un documental transformador, osadísimo y maestro.
No os lo perdáis.
Han echado a la pérfida Laura de Gran Hermano, menos mal que no se ha ido Daniela.
Edi al ver que volvía a entrar se ha quedado muerto.
También han echado a Luis por mueble, aunque a mi me caía bien y me parecía el verdadero guapo de la casa.
El acoso y derribo de Oscar y Ruvens a Maica empieza a pasarse de castaño oscuro.
Esta semana en los debate no estaba BelenRo porque le han diagnosticado cáncer de garganta.
BelenRo, con su sarcasmo de mariliendre de la Chueca de los noventa, representa a la eterna amiga del gay.
Ayuso, la osadía de la estupidez hecha persona, recorta la financiación del Prado, del Reina Sofía y del Thyssen para dárselo a los toros. 4 millones y medio de euros para la tauromaquia.
Cultura.
Mientras, su partido junto con Vox pactan, por joder, para que vuelvan los circos con animales a la Comunidad Valenciana. Pero los que se van a joder son los animales, claro.
Esta gente… ¿no tiene perros o gatos en sus casas?
Realmente no dejan de preocuparme.
El cripto inversor chino que ha comprado, por 6 millones de euros, la banana pegada a la pared con cinta aislante de Maurizio Cattelan, se la ha comido.
Muy bien.
Si compras esa banana, te la comes.
Otra obra de arte.
Todo es una obra de arte en sí.
Un despropósito que expone el absurdo contemporáneo de manera liberadora.
Después de un despendolado capítulo de Grotesquerie me puse el documental de Martha Stewart de Netflix.
Bueno… menuda joya.
Demuré, como dice Jorge Modas.
La primera influencer de la historia.
Broker de bolsa en Wall Street, se hace ama de casa en una mansión con jardín, monta el catering de moda en Nueva York y su marido, director de la editorial más importante de USA, le hace unos libros, en los años sesenta, de cómo tener la casa ideal y hacerlo todo perfecto y los libros lo petan a nivel estratosférico. De ahí monta una revista que arrasa, y que en España la copió Ana Rosa, y monta un imperio que factura millones de dólares cotizando en bolsa.
Las amas de casa americanas como locas, viendo el porno de la perfección inalcanzable pero que hace soñar. Un programa de televisión, contratos millonarios con K Mark… y de pronto, la acusan de estafa, de vender acciones con información privilegiada en una caída en bolsa, y la prensa le hace acoso y derribo. Pasa medio año en la cárcel y su imperio cae.
Pero, inesperadamente, renace como cómica haciendo roast, le dan un programa con Snoop Dog, y todo reinvención.
El retrato de una psicópata magnética, de una verdadera hija de puta internacional a la que no se le perdonó ser una mujer con el éxito de un hombre.
Musa.