Wednesday, August 14, 2024

BREAK DANCE

 Con Reyes en el Sánchez Romero, ese supermercado donde nos sentimos protegidos, encontramos una cosa que no había visto en mi vida: huevos azules. Bueno, más concretamente unos eran azules clarito y otros verde Brat summer. Qué ganas de que mi chico me haga una buena tortillita con ellos. También compramos unas limonadas Galvania.

 El deporte competitivo es sufrimiento, frustración y patología mental, pero me da un poco de pena que se hayan terminado los Juegos Olímpicos. Este verano con Snoop Dogg, que es una cosa tan icónica como Goofy, Fido Dido o Snoopy. Un carisma descomunal, que vuelve pícaro y absurdo todo lo que toca. La NBC le ha pagado medio millón de dólares por cada día que estaba en las Olimpiadas. Poco me parece.
Snoop Dogg es Brat. 
Qué bonito la nadadora que al ganar el oro se ha puesto a llorar dedicándole la victoria a su perrito recién fallecido y en la entrevista diciendo que lo hacía todo por él. La gente así justifica que el ser humano no se extinga. 
Esta nadadora no es Brat, pero es que no hace falta ser Brat para ser increíble. Hay mucha gente que me encanta que no es Brat, y gente Brat que me cae fatal (por ejemplo, Nacho Cano es Brat). Aunque ser Brat ya de por sí mola mucho. 
Y en los Juegos Olímpicos que llegan a su fin, el ya mítico break dance de la australiana Ryngu. 

 Ha habido mucho debate sobre si los Juegos Olímpicos deben incluir el break dance como disciplina. Un baile que tiene mucho de acrobacia, como la gimnasia rítmica, pero al ser un baile hace plantear la duda de si entonces también debería estar la danza clásica como disciplina olímpica. Debates absurdos, partiendo de la base de que unas olimpiadas ya son de por sí completamente absurdas. Por mi, como si incluyen la auto-felación como deporte. Dicho esto, tengo claro que para mi, el lugar del break dance está y debe estar en la calle y en los clubs. 
 Pero volviendo a la maravillosa Ryngu, tan Tina Fey, tan Unbreakable Kimmy Schmidt. Si la gente vulgar la encuentra ridícula, solo puede estar en nuestro equipo. 
En mi dictadura haría una beca con su nombre. Representa todo lo que amé de Romy y Michelle, de Drew Barrymore en Nunca me han besado, de Una rubia muy legal, pero hecha realidad. 
Su inconsciencia, su pureza y su absoluta falta de pudor son pura subversión. 
Raygun es la protagonista de una romcom en la que ella gana, deja a los mediocres bullers en ridículo y enamora a quién no se fijó en ella al principio de la película. 

 Fui a regar las plantas de Vero y Popote, que se habían ido unos días de vacaciones y al volver, Jaime me estaba esperando con el proyector encendido para ver Cualquiera menos tú, en Movistar, la comedia romántica sleeper (ya sabéis, sleeper es una película que tenía previsto un éxito moderado y que de pronto se convierte en un taquillazo) con el chico de moda, Glen Powell, y Sydney Sweeney, la tetona de Euphoria, que es una actriz magnífica. 

La película es una nueva comedia clásica de Hollywood, del Hollywood contemporáneo, heredero de las comedias románticas de Kate Hudson y Matthew McConaughey, o de Ashton Kutcher y Brittany Murphy, que a su vez lo eran de las de Tom Hanks y Meg Ryan, Julia Roberts y Richard Gere, que a su mismo tiempo lo fueron de las de Rock Hudson y Doris Day, y estos de las de Fred Astaire y Ginger Rodgers, etc… Hollywood en constante reset. 
 Cualquiera menos tú no oculta sus lugares comunes, al revés, los pone en valor y los explota al máximo, sabiendo que lo sabemos. Hora y media de gente guapa, cuerpos turgentes, gente millonaria que actúa como si fuesen de clase media en mansiones y barcos, guerra de sexos normativa pre-woke, diálogos vulgares pero chispeantes y ritmo de vodevil trepidante. 
Me encanta Sydney Sweeney, pero tengo serias dudas acerca de su potencial como estrella de estudio. A veces se hace pequeña. Me sorprendió mucho ver a mi admirada Rachel Griffiths, la Brenda de A dos metros bajo tierra (que en esta serie hace una interpretación que solo puedo definir como un estado del alma), hacer de madre pija mediocre. Lo hace impresionante. Es una actriz inmensa. Debería estar trabajando con Eggers, Lanthimos, Nolan, Fincher, Cronenberg, etc. 
Rachel Griffiths es Brat. 
Y hablando de romcoms, mis comedias románticas favoritas de la historia son: Harold y Maude, El banquete de bodas, Nunca me han besado, Jeffrey, Sucedió una noche, La boda de mi mejor amigo, Con amor Simon, Hechizo de luna, Confesiones a medianoche, Cuando Harry encontró a Sally y Rojo blanco y sangre azul. 

 Verano 2024, enganchados a The Boyfriend en Netflix. Un bonito reality LGTBIQA+ japonés que es un acogedor y palpitante Gran Hermano de las Tentaciones K-pop kawai. 
Me fascina la educación de geisha y la discreción de las fagotas japonesas. Sufriendo todas por dentro, incapaces de exteriorizar sus emociones hasta que ya es demasiado tarde. 
El desamor de Ryota, el gogó cachas que parecía simplón y que resultó ser el mejor, el cocinero que enamoró a todos y se veía saturadísimo de proposiciones… pero el protagonista absoluto ha sido Shun, una diva femme fatale, ultra tóxica y narcisista. Traumada, fascinante, manipuladora, fría como un témpano de hielo, superviviente nata. Es Isabelle Adjani, Isabelle Huppert. Es puro glamour destilado.
Este reality, en España hubiese sido una orgía chemsex, pero en Japón es como una novela de Jane Austen. 
Los chicos de The Boyfriend no son Brat, pero les amo. 

 Las fagotas no se creen que Zac Efron se diese un golpecito al tirarse de cabeza en la piscina. Creen que había estado volcando de chorro en demasie. Menuda obviedad. Yo creo que se la estaba chupando a un chapero bielorruso bajo el agua. 
Zac Efron es Brat. 
Mientras tanto, la inefable Celine Dion, que es Brat, emitía un comunicado diciendo que ella no da permiso alguno para que Trump utilice su canción de Titanic My heart will go on en sus grotescos mítines republicanos. Y, diva como ella sola, apostilla el comunicado con un “And, really… that song?”. 
Musa. 

Y ahora Baleares investiga a Katy Perry (que no es Brat aunque quiere serlo fuerte) por un posible atentado medioambiental efectuado durante el rodaje de su videoclip Lifetimes, donde bailotea, flaca de chutarse Mounjaro, sobre una dunas de Formentera que no se deben pisar. Homofobia, gerascofobia y edadismo. Claro, como la cantante de Besé a la chica y de Fuegos artificiales ya no es una niñata como Charli XCX, como ya está desfasada, pues todo contra ella. Me niego. Todos somos Katy Perry. 

 Mi chico preparó una pasta Cacio e Pepe, que son espaguetis con pimienta tostada y queso pecorino, una receta de pastores italianos que se hace tostando pimienta a la que se añade agua de la cocción de la pasta, la pasta, para que se termine de cocinar en su propia salsa y una buena cantidad de pecorino. 
Cenando le comenté a mi chico que Joaquín Phoenix (que es Brat pese a todo) había dejado tirado a mi admirado Todd Solondz (director Brat de esa joya demoledora que es Bienvenido a la casa de muñecas, de Happiness, una de las mejores películas de la historia del cine, y de perlas como Storytelling, Palíndromos). Pero resulta que no es a Todd Solondz a quien ha dejado tirado, sino a Todd Haynes. Otro Todd al que amo y del que os recomiendo mucho su última película May December, que ya está en Prime y que es una obra maestra sin parangón, súper enferma y adulta. Bueno pues parece ser que el propio Phoenix impulsó el proyecto, Love Child, junto a Haynes, pero de pronto, en el último momento, vio que las escenas de sexo gay eran demasiado fuertecitas y ha decidido recular. Y claro, la productora independiente de la película ahora está en pérdidas. 
La policía debería obligar a Phoenix a rodar. Osea, forzado a actuar. Quiero ver Love Child. Si Phoenix no quiere hacerla, que Haynes la haga con Kevin Spacey o con Armie Hammer. 
Esto le pasa por, viniendo del underground y de Velvet Goldmine, querer rodar con estrellas que ganan Oscars, en lugar de con gente cancelada, que es con quienes debería trabajar. 
En el pecado viene la penitencia. 

 En un vídeo de la tránsfoba J.K. Rowling, que tanto mal hace hace al mundo, se ha visto que la muy cerda tiene mó en las paredes. No a Mó, la hermana de Pé, no; mó de humedades de las que mataron a Brittany Murphy y de las que te vuelven loca y te hace, en lugar de escribir novelas, escribir siniestros tuits diciendo que las mujeres reales tienen vulva. 
J.K. Rowling es el anti-Brat.