Monday, August 05, 2024

EL ERROR COMO CARICIA

Despertar bajo el ventilador de techo es como de cine negro. De tórrido noir americano, a lo Fuego en el cuerpo. Muy de misterio en Nueva Orleans. También muy Tennessee Williams. 
Abrimos el ojo porque Frou Frou le empieza a pedir mimos a Jaime y a frotarse en su cara para darle los buenos días. Justo en ese momento, sale Oni del armario entornado, en cuyo interior le gusta dormir en verano porque ahí se encuentra más fresco, y empieza con su marramiau a pedirme mimos a mi. 
Los benditos. 

El mundo mirando a Soria. 
Restauran la ermita del Mirón y, repintando la ornamentación, pinta el pelo y las cejas de unos angelitos querubines y han dejado a uno que parece El Golosina y a otro que parece Octavio Acebes. 
Una maravilla. Arte en estado puro. 
La Iglesia, muy poco espabilada, cierra la ermita, cuando debería abrirla de par de par para que fuésemos todos a admirar tan entrañable acto de amor a Dios, tal cuál fue el legendario Ecce Homo de Cecilia hace ya doce años. 
¿Alguien sabía que existía la susodicha ermita del Mirón de Soria? No lo sabían ni en su pueblo. Ahora lo saben en el mundo entero. 
Estas descacharrantes restauraciones nos fascinan porque, además de estar hechas desde la ternura, restan solemnidad a lo en teoría severo y ceremonioso. 
Besan a Dios con humanidad desde el fallo. 
El error como caricia. 
El arte alternativo debe ser libre y hay que dejar espacio para que se exprese. 
Por cierto, realmente me ha encantado cómo han pintado la iglesia. Ahora está preciosa, como de melodrama almodovariano. Y los querubines, al margen de cómo ha quedado pintados, ya se las traía cómo estaban esculpidos, que uno parece culturista. 

 Fuimos al cine a ver Longlegs, la que prometía ser la película de terror del verano, con permiso de Alien Romulus. 
Ya era agosto pero el cine estaba lleno. Grupos teens de chicas de pelo lacio, minishorts vaqueros con chicos cayetanitos de banderita de España, machistas y homófobos. También había parejas de novios millennials, de los que ya se han dado cuenta de que nunca heredarán la empresa en la que trabajan. Y matrimonios boomers. 
Oz Perkins, director de Longlegs, no termina de convencer... 
En Gretel y Hansel ya pretendió emular al Robert Eggers de La Bruja, quedándose en la superficie de este. Ahora, con Longlegs, apunta la intención hacia el Ari Aster de Hereditary (con algún topping Ti West) y tampoco pasa más allá de habilidoso impostor. 
Una cosa es pretender ser y otra “ser”. 
Por supuesto que Longlegs tiene grandes momentos aislados, imágenes perturbadoras y alguna buena idea deslavazada, pero la ingenua pretensión de Perkins de hacer un terror esteta avant-garde elevado no está a la altura de la torpeza narrativa y de la involuntaria parodia en la que cae. 

La primera mitad de Longlegs apunta alto, con una esmeradísima y estupenda Maika Monroe como nunca la habíamos visto antes y con un Nicolas Cage que, como siempre, se lanza al triple salto mortal sin miedo a la red. Les amo. 
En esa primera mitad la película va sembrando sugerentes semillas que finalmente germinan huecas. La intención de Perkins es buena, no quiero pensar que trata de tomarnos el pelo o de estafarnos. Simplemente no es capaz de romper la barrera del estilo, que sí rompe, por ejemplo, Steve Zaillian en Ripley. 
Me gusta ver planos estéticos en pantalla, me produce placer, pero si debajo de ellas no hay fuego literario, se me quedan en postalitas sin remitente ni dirección. 

 Y a colación de Longlegs y el terror en verano… Para mi el terror es en vísperas de Halloween, de septiembre a noviembre. Luego, en verano, me gusta el terror pero si este es terror veraniego, que es uno de mis terrores favoritos, pero en verano las películas de terror que me gusta ver son: Viernes 13, X, The Burning, La matanza de Texas, It follows, Sleepaway camp, Ruinas, Quién puede matar a un niño, Rogue, Piraña 3D, Creepshow 2, Infierno azul, Turistas, Jóvenes ocultos, Cabin fever, Evil dead… Playa, campamentos, cabañas en el bosque con un lago al lado, hormonas desatadas, calor e inconsciencia. 

 Bajo al Carrefour y busco al gorrión. En su pasillo, de pronto, veo a un niño zote Fortnite, al típico niño cazurro fan de Ibai Llanos, persiguiendo al gorrión y diciéndole a su madre que ahí había un pájaro. Afortunadamente, el gorrión, pese a tener un cerebro muy pequeñito, es mil veces más listo que el niño tarugo y, en cuanto le veía acercarse, se metía corriendo tras las neveras de guisantes congelados. 
La madre, pese a ser tan mentecata como el niño, se daba cuenta de la tosquedad de su hijo y le ordenaba ir hacia las cajas registradoras a pagar. 
Su carrito rebosante de pizzas de Casa Tarradellas. 

 Me encantan los veranos en los que hay olimpiadas. Las televisiones encendidas en bares y gimnasios con nadadores y saltos de gimnasia rítmica. Todo como un videoclip de Dua Lipa. 
Tras la polémica tránsfoba de la boxeadora argelina, la fachosfera pierde el norte y los papeles. Después de la evidencia de que no se trataba de una mujer transexual sino de una mujer cis (como si acaso la diferencia importase), se lanzan a manejar el discurso cromosómico de “pero es que… que haya nacido mujer no quiere decir que lo sea”. Los mismos que balbuceaban que para ser mujer había que tener vagina, ahora se vuelven, de pronto, paradójicamente transincluyentes. 
A ver si se aclaran. 

Pero la guinda de la genitalidad olímpica llegó en el sexy salto con pértiga del atleta sueco que tocó la barra con la polla. 
Debería haberse metido el paquete entre las piernas con cinta de embalar, como hacen las drags de Rupaul. 
Una fantasía de JJOO con nadadores saliendo del Sena vomitando. Un triatleta, en concreto, vomitó hasta de 10 veces seguidas por haber tragado putrefacta agua radioactiva. 
Muy Troma. 

 Que nadie que lea este blog vaya al camping San Jorge de Huesca. Camping vetado. 
Compartidlo y hagamos que cierren dicho camping. 
 Resulta que al camping ha acudido una familia compuesta por un matrimonio gay y dos hijos y el que lleva el camping, pese a comprobar con los DNI que los hijos tenían el apellido de uno de los dos padres, llamó a la policía. La policía se presentó en el camping y volvió a pedirle a los padres su documentación, delante de los niños, para comprobar si estos niños eran hijos suyos o si se trataba de unos pedófilos que habían raptado a unos niños. 
Un caso de flagrante homofobia que, obviamente, jamás hubiese ocurrido con un matrimonio heterosexual y normativo. Esos niños han tenido que ver como la policía pedía explicaciones a sus padres únicamente por ser gays. 
Difundid y hagamos que cierre el camping San Jorge de Huesca. 

Mejor ir a la villa de Ibiza a la que ha ido Zac Efron... Unos trabajadores de una villa de Ibiza se encuentran inconsciente dentro del agua a Zac Efron en carne y hueso y llaman a la ambulancia. ¿qué estaría haciendo en la piscina para quedarse inconsciente? ¿No sería balconing? 
Imaginaros las caras de las enfermeras al entrar en camilla al protagonista de High School Musical hiper ciclado con la masculinización facial hecha. Un sueño. 
 Ibiza está al pil-pil. 
Recordad no perderos en Netflix la magnífica comedia romántica de Zac Efron y Nicole Kidman enamorados: Un asunto de familia. Primeros planos que son dignos del olimpo de los dioses en una película que nunca quieres que se acabe. 
Disociación hecha cine.