Sunday, September 15, 2024

FEMININOMENON

Leo: “El mundo corporativo le arrebató a la contracultura la exclusividad de los psicoactivos”. Naief Yehya. Por la ventana aún se ve verano. Las hojas se resisten a caer aún, por muchas ganas que tengamos ya de otoño, de cuadros escoceses, de misterios por resolver y de esa placentera melancolía. 
Aunque, no obstante, por las mañanas ya no salimos a desayunar en pelotas a la terraza. Las mañanas ya son de sudadera. Mañanas universitarias. 

Hacía años que una guerra de índices de audiencia no me mantenía en vilo. Concretamente desde la época de María Teresa Campos en Antena 3 mientras Telecinco fichaba para las mañanas a Ana Rosa Quintana, ahora conocida como La Villareja. 
El sorpaso de Broncano a Pablo Motos ha sido emocionante y esperanzador. Me ha hecho creer que otra España hetero es posible. 
Pablo Motos, acojonado, ha eliminado directamente un bloque entero de publicidad de su programa. Ha preferido dejar de ganar dinero a que ninguno de sus espectadores se cambie a Broncano, pero lo harán porque Broncano “mola” y él, sencillamente no. 
Broncano le preguntó a mi admirado Juan José Millás si era más machista o más racista y este respondió: “Me conformo con que, si yo fuese un producto de supermercado, en los ingredientes pusiese “Puede contener trazas de machismo y de racismo”. 

No os lo quería contar. 
Realmente no sé si es una buena o una mala noticia y, francamente, no quiero saberlo. 
Hace un tiempo que bajo a Carrefour y no veo al pajarito, al gorrión que vivía ahí entre estantes.
Posiblemente, quiero pensar, encontró la salida por la que en su momento se había colado. He estado a punto de preguntar a uno de los trabajadores, a alguna de las cajeras, por el pajarito, pero no me he atrevido a hacerlo. 
Estaba preparado para una explicación, pero no para la otra. 
Me decidí por mi propia imaginación, esa armadura que tanto me ha protegido anteriormente en situaciones realmente adversas. 
Además, muy posiblemente, esas optimistas elucubraciones sean acertadas, lo verdaderamente ocurrido. Verdaderamente, la verdad… Ese gorrión encontró, de pronto, la puerta mecánica abierta y logró salir por la misma puerta por la que entró y salió volando a pleno sol, a esos árboles cercanos donde tenía su nido.
Seguramente me lo volveré a encontrar, le volveré a ver, pero no sabré si es él. 
Hay tantos pájaros, tantas personas. 

La imagen de Taylor Swift sosteniendo un gato, ya es historia de occidente. 
Lo es, no por la imagen en sí, sino por el texto que la acompañaba. 
No somos aún conscientes, bueno, yo sí lo soy, de la verdadera relevancia de este post-comunicado oficial (como si fuese un comunicado de una Casa Real, la Casa Real del Pop) y de su alcance político para la historia de los Estados Unidos de América. 
Estamos hablando, nada menos, de que la mayor estrella del pop de las dos últimas décadas, la que más entradas vende, siendo una artista blanca, rubia, americana, la más seguida por niñas de familias republicanas de la América profunda que no escuchan música ni negra ni latina, ha comunicado su rechazo por las políticas de Trump y su apoyo y su voto para Kamala Harris
Mínimo, sus acérrimas fans, las swifters, la van a escuchar, cuando no directamente van a seguir su consejo. 
Un post en Instagram que puede hacer cambiar el rumbo de un país. 

Quedé con Reyes al lado de La Casa Encendida, que Blanca Zurita me había invitado a ver la presentación de la nueva colección de Spastor, dos de mis diseñadores españoles. 
En pases de veinte minutos, los Spastor te explicaban la colección, cada una de las prendas, en un espacio lleno de luz y de agua, una especie de mini galería. 
Hacía que no veía a los Spastor en persona desde 1999. Comiendo en el Vips, City Vips, de Fuencarral, que ahora es un Lidl. Era un Vips increíble con una zona restaurante self service con rincones de ciudades del mundo, videoclub y una librería con libros impresionantes de Taschen al 70%. 
Ya entonces eran unos genios. 
Su nueva colección, prendas blancas sin género, deconstruidas, pensadas al mínimo detalle. El anti-fast fashion. Entre Helmut Lang y el olimpo de los dioses. 
Si tienes que vestir a los dioses del Olimpo les vistes de Spastor. 

Por ahí estaba Daniel Riera, uno de mis fotógrafos españoles favoritos, al que hacía siglos que no le veía, desde un evento de moda que montó Mario Canal con Diane Pernet en Santiago de Compostela. 
También estaba Félix Sabroso con un peinado muy Hollywood años cuarenta, que me contó que iba a estrenar una serie en HBO Max para primavera. 
Tenía que pasarme por Subterfuge, así que Reyes y yo fuimos por la zona de Barquillo (antigua calle de los decomisos, hoy calle de boutiques millennial, hoteles de revista Elle y el flagship de Taschen) para comer algo. 

Reyes no conocía las focaccias de Divorare, en Augusto Figueroa, plena Chueca profunda donde las señoras de Madrid iban a comprar zapatos. La calle donde estaba el Nike, el primer bar en el que caían los gays universitarios de provincias al llegar a Madrid. 
A Reyes le encantaron los bocadillos. 
Nos tomamos el café en el Panod de Prim. Pedí un pain chocolat, que estaba rico porque estaba hecho con mucha mantequilla, pero que no llevaba ni dos pepitas de chocolate. 
No os lo pidáis. 
Reyes se fue a seguir trabajando y yo subí a Subterfuge a hacerme la foto para la nueva portada de la sexta temporada de Pijas Marrones, que arrancará el próximo jueves 19. 

Los MTV VMAS son, junto con la Superbowl y los Grammy, el último reducto del espectáculo. 
Cada año espero volver a encontrarme con una actuación legendaria, al nivel iconográfico de Madonna cantando Vogue vestida de Las Amistades Peligrosas, de Madonna dando un morreo a Britney, de Britney con una serpiente a cuestas, de Britney colocada cantando el Gimme More… 
Este año me ha encantado Chappell Roan, esa nieta de Cyndi Lauper, hijastra de Kate Bush, rutilante con armadura medieval. En la misma gala en la que mandaba a la mierda a un fotógrafo de la alfombra roja. 
Katy Perry hizo una actuación digna de Superbowl, con un toquecito Cirque du soleil Las Vegas, tratando de sacar fuerza hegemónica frente a una audiencia GenZ que no está con ella sino con Charli XCX (por cierto, la gran ausencia de la noche). 
Katy Perry está desconectada de la nueva generación. Ha perdido credibilidad. 

Estuvo chispeante la actuación de Sabrina Carpenter, tan camp, besando a una alienígena, pero lo mejor fue la reacción de Britney Spears en redes diciendo: 
«¿por qué se dio un beso extraterrestre sobre el escenario? La adoro. Me encanta. A muerte. Pero no entendí esa parte. ¿Por qué no besó más bien a una chica? No sé, fue raro». «También creo que el todo (de la actuación) fue algo bastante raro. Pero después de darme un baño muy largo, he empezado a darle forma. Le estoy dando forma. Me gusta dar forma y trazar las cosas y volver sobre ellas. Esta chica Sabrina, dijo mi nombre en la alfombra roja y pensé que qué guay. Porque a veces se me olvida que soy famosa, porque soy madre, soy un poco mayor y eso, bla bla bla. Pero mola esta chica, Sabrina. Carpenter. Dijo algo de mí y pensé que qué guay». 
Maravillosa Britney como cronista. 

Pero, viendo todas las actuaciones, he llegado a la conclusión de que la mejor de todas fue la de Karol G. Karol G. es una artista con suya música no conecto, tampoco con el estética, pero su actuación me pareció cercana, humilde y llena de encanto. 
Muy lejos de esos intentos de epatar con fuegos artificiales y mil cientos millones de bailarines mientras sales volando por los aires y muy cerca de Cuatro Caminos, de la peluquería, del metro, de la calle.

Tokischa y Arca no han actuado en los VMAS pero han hecho un video juntas. Chama. 
De lesbianas nuevas madres de la humanidad.Illuminatti, el nuevo ser humano dominando la naturaleza desde el amor. El videoclip está entre un Lynch y un Cronenberg latino. 
La canción es atmosférica y ambiental, pero la letra es un lastre para la misma que no está a la altura de su alcance poético. 

Ayuso, en un alarde de provocación pueril, sale diciendo que va a hacer un centro para hombres víctimas de abuso sexual. 
¿Le preocupa a Ayuso que haya hombres víctimas de abuso sexual? 
He ahí la pregunta y ahí la respuesta: No. 
Su mezquina medida tan sólo es un insulto, cobarde además, al movimiento feminista, en plena crisis de violencia de género y de abuso sexual en España. Cómo cuando en el 8M dijo que a ver cuándo hacían el día del hombre. 
Una estulticia cínica y tóxica. 
Ya veréis, si a su nuevo centro se presentan víctimas homosexuales o niños abusados por curas, cómo cierra pronto el chiringuito.