Wednesday, February 26, 2025

TRANSGÉNICA

Marian Rojas Estapé, la opusiana de la autoayuda barata, ¿se hará dedos, o se meterá un crucifijo, pensando en que se la folla Monedero o una trans con monster cock? Que se la folla Karla Sofía Gascón. 
La personita vitamina, ese desesperado intento moralista de perfección, es tan White Lotus. 
Qué gusto que cada lunes haya The White Lotus, el laberinto humano, en plena descomposición del privilegio contemporáneo. 
Ser voyeur. 

Bajo la calle, para comprar arena para los gatos, y una ráfaga de aire a mi favor vuela mi flequillo y me siento con en un spot de Rexona. Me siento dinámico.

Las elecciones alemanas. 
A ver, que me importa bien poco lo que ocurra en Alemania, pero al final, todo lo que ocurra en Europa hace efecto onda. O puede hacerlo. 
Pensé en mi adorado Fassbinder.
En el país del nazismo, hoy por hoy no es tan fiero el león de la extrema derecha como la pintan. 
Tampoco hay que subestimarle. Pero los jóvenes entre 18 y 24 años son de izquierdas. Las mujeres también. Los hombres, no obstante, son fachas. 
Ser facha es de macho, de tener cojones. 
La izquierda necesita un macho, un Topuria sexy de clase obrera. 
¿O tal vez no? 
Quizá el macho solo sea necesario como fetiche.

Tal vez choque el meteorito. En el 32.
Las probabilidades suben y bajan, como las cotizaciones en bolsa. 
Si fuese a colisionar, ¿nos lo dirían? 
Fin del mundo. 
Melancholia, Armageddon, Don´t look up, Deep Impact, La noche del cometa. 
Catastrofismo, post-apocalipsis, liberación. 
¿Tenemos papel higiénico? 
Que nos pille en una rave. ¿Cae en fin de semana? Como cantaba Chico y Chica: “Mucho decir “qué guay” pero al final ya has visto”. 

El portero de mi casa es demasiado simpático. Siempre sonriendo. Casi es como un personaje de Mulholland Drive.

Quedamos para tomarnos el aperitivo con Reyes. 
Me encanta quedar para tomar el aperitivo. 
Me recuerda a mis padres, al Bacarrá, a Mila, a Jimmy Gimenez Arnau. Pero yo no bebo alcohol. 
Yo no me voy de “cañitas”. Nunca me he tomado una cañita. Me parece vulgar, normativo, y una ordinariez. 
No soy un personaje de una película de Daniel Sánchez Arévalo. 
No soy esa clase de persona. 
Las cañitas son para Ángel Martín, Rigoberta Bandini, Torrente, James Rhodes, Jordi Évole y Vicky Martín Berrocal. 

Lydia Lozano se hace un lío y a una chica transexual la llama chica “transgénica”. 
Musa. 
La España de las señoras católicas tolerantes, que rezan a sus santos pero a las que les gusta un travesti y que admiran que la gente sea moderna. 
Cotilleo y Nescafé. 
Las viudas que renacen cuando muere su marido. 
Estar a régimen. 

La Princesa Leonor de fiesta en Brasil. 
Princesa por sorpresa. Samba. Sudor y fuego.
Tan fiestera como el putero de su abuelo. 
Hace muy bien. 
Sale con un chico fachita, muy mono, pero yo prefiero que sea lesbiana y que se líe en la princesa de Holanda. 
Uniendo reinos. 

Habíamos quedado para ir a casa de Vero y Popote. 
Fuimos a CostCo y pillamos unos burritos pastor. 
Ahora, cuando se queda con amigos, siempre se habla de Trump, del hijo de Elon Musk diciéndole a Trump que se calle, que no es realmente el presidente, de Milei con las criptomonedas… 
Hunter Schaffer, la trans de Euphoria ex novia de Rosalía que va a ser una X-Men, ha recibido su nuevo pasaporte donde pone que es un hombre. 
Lleva años conseguir derechos, pero se pierden en pocos minutos. 
Con una firma. 

Echando el moco viendo en Ni que fuéramos a Escaleto hablando de su cáncer. 
La infinita ternura y la honesta amabilidad de este chico con cara de geek nerd y cuerpo para el pecado,  con el que tantas tardes hemos pasado viendo Sálvame. 
La España marica le quiere como a un hermano, como a una amiga. 

Luigi Mangione, como una aparición divina. 
La fuerza arrebatadora de la belleza y de la justicia. 
Esta vez de verde. Con los zapatos mocasines engrilletados con las esposas por los tobillos. 
Fuera, la GenZ se manifiesta por él. 
Lo más cerca que estamos y que estaremos jamás de una verdadera santidad. 
La mecha ya se ha encendido. 
Eat the rich. 

Hacía décadas que unos Oscars no estaban tan emocionantes. 
Amenábar e Isabella Rossellini han declarado que han votado a Karla Sofía Gascón y esta se ha animado y ha dicho que va a acudir a la gala. 
Ojo, que se lo dan. Aunque espero que se lo den a Demi. 
La vueltas del show business. 
Vueltas de campana. 
El juego de Hollywood de Robert Altman
Y tampoco está todo claro del todo con Adrien Brody, tras Chalamet ganando el Screen Actors. 
Estaré esa noche en vela.  
Se lo debo a Hollywood.

Monday, February 17, 2025

AMORE PIPIPI

Enfrente mío, en el autobús, veo a un chaval, de estos con el flequillo para delante, con plumas negro de North Face, uno de estos chicos que dicen ser de Vox entre sus amigos porque para ellos ser de izquierdas es “de maricones”, con un ramo de rosas en la mano y una cajita de bombones en forma de corazón. 
Era San Valentín
Todo en él era un tópico reconfortante. 
Comprobar que todo estaba mal, pero en orden. 
Ahora es un crypto-gymbro, pero pronto será un papá. Padre de une niñe no binarie. 
Para que nazcan más gays, más trans y más lesbianas, alguien tiene que procrearlos y esas persona no saben qué es The White Lotus; saben quién es Montoya corriendo por la playa, imagen que vale más que todo el cine español de 2024 y 2025. 

Este chico, muy lejos de causarme rechazo por su adocenamiento, me resultaba tierno. 
Al mismo tiempo, no podía evitar que mi sentimiento entrañable hacia él encerrara cierta condescendencia por mi parte, así que opté por no sentir nada por él. 
Pensé que mientras él le regala un ramo y unos bombones a su chica, el novio de Selena Gómez le regalaba a esta por San Valentín un rastro de doritos que desembocaban en una bañera llena de queso. ¿Se puede ser más grosero? No, pero quizá hay que intentarlo. 
Cupido perpetuando el constructo, la fantasía que nos hace soñar y ser felices cuando se alcanza esa flecha y desdichados si nunca llegas a cogerla. 
Abracadabra, amore pipipi. 

Mi chico y yo cogimos el coche y nos fuimos a pasar el día a Segovia. 
La última vez que fui fue con la secretaria de mi padre, a celebrar su cumpleaños, comiendo cochinillo, de esos que te corta el camarero con un plato. Al poco de morir mi padre. 
Recordaba lo increíble que me había parecido el acueducto, que casi parecía irreal, como un decorado de cartón piedra de imposible. 
Llenamos el termo Stanley de café con toque de chocolate y fuimos rumbo a Segovia escuchando el In Dreams de Roy Orbison, en recuerdo a Lynch, Coquette de Rose Murphy, a The Love Unlimited Orchestra, a Roxy Music… 

Durante el trayecto le conté a Jaime que Sephora estaba haciendo cumpleaños para niñas. 
Como si fuese en un McDonalds, pero haciéndose tutoriales de maquillaje y skin care. 
Me parece tan Chicas Malas, tan Clueless
Así es como quiero celebrar mi cumpleaños. 
Llegamos a Segovia, aparcamos el coche y subimos al Alcazar, que tiene un toque Hogwarts pero con remordimiento castellano. 
No me pareció nada del otro jueves. 
Había mucho turista oriental. 
Ahí vi el trono de los Reyes Católicos, con la bandera del aguilucho y todo muy facha. Unas vidrieras preciosas, una sala con esculturas de nobles de la época, cañones, armas y todo muy patriarcal y poco interesante. 
A los maricones no nos interesa la historia. Nos interesa el arte, pero no la historia. 
El arte lo hemos hecho nosotros; la historia se ha hecho a nuestro pesar. 
Y la han escrito otros. 
No me interesa. 

Fuimos hacia el acueducto. 
No queríamos comer ni cochinillo, ni corderito lechal ni ningún animalito con el que empatizáramos. 
Preferíamos una tortilla. 
Nos pareció todo como de tienda de souvenirs, de repente. 
Vimos una estatua de un señor guapísimo, en plena calle. Era Juan Bravo. Lo más. Un chulazo que además fue un militar comunista. 

Melody en la alfombra roja de los Goya, maravillosa, como una folclórica de los sesenta, cantando su canción a cada paso, que es lo que hay que hacer cuando eres artista, mientras los actorcillos de chichinabo del cine español la miraban por encima del hombre porque ellos han visto alguna película suelta de Wong Kar Wai. 
Jedet estuvo graciosa diciendo que Melody era como la alarma del móvil, que la apagas y vuelve a sonar otra vez, pero luego, al hablar de Karla Sofía Gascón y de que ella también hizo el casting para Emilia Perez, pero que finalmente no la cogieron porque querían a alguien de cincuenta, no pudo evitar volver a mostrar su toxicidad dementora. 

No he visto ninguna de las películas nominadas a los Goya.
Carecen de empuje artístico. 
Tampoco me entretienen: me deprimen. 
Al día siguiente, en IG, todo el mundo compartía la impecable actuación de Rigoberta Bandini cantando El amor. 
Massiel la cantaba con alma. 
Massiel la cantaba como de resaca, entre soñadora y despechada. 
Rigoberta Bandini tiene que nacer cinco veces para cantarla como Massiel. 

La policía en Madrid haciendo humillantes redadas, cacheos humillantes y detenciones arbitrarias a los maricones con la excusa de las drogas en el chemsex. 
Más droga se meten los pijos en los lavabos de los garitos normativos. 
Homofobia. 
Tratar de eliminar los espacios seguros y criminalizar la cultura de ocio de un colectivo. 
Juntemos experiencias al respecto y denunciemos al defensor del pueblo. 

Google elimina de su calendario el Orgullo LGBTBIQ+. Ha eliminado sus programas de diversidad. 
Me alegro. 
Es importante que las grandes corporaciones dejen caer su máscara. 
Es positivo que veamos realmente cómo son para actuar en consecuencia. 
Peor era vivir en la mentira de las banderas arco iris y del pinkwashing. 

En Zamora nace un bebé. En un pueblo de la España vaciada. 
El primer bebé que nace en 18 años. 
Los vecinos ancianos del lugar lo viven como un milagro. 
Las señoras y los señores se acercan a ver al niño y a cogerle en brazos. 
Vox dice que ese nacimiento es de una España tenebrosa porque el niño se llama Ayoub. 
Hace falta tener el alma putrefacta para decir que el nacimiento de un niño querido en un pueblo es un hecho tenebroso. 
La derecha son las verdaderas tinieblas del mundo. 
El odio como estercolero moral. 

Menos mal que X, el hijo de Elon Musk, le ha dicho a Trump que se calle, que él no es el verdadero presidente. 
Trump y Elon Musk van a acabar como el rosario de la Aurora. Y lo vamos a gozar viéndolo. 

Me pongo De repente el último verano
Mi película favorita de Mankiewicz después de Eva al desnudo, claro, y uno de mis textos predilectos de Tennessee Williams, del que sabéis que soy un gran admirador, junto con La noche de la iguana y La gata sobre el tejado de zinc
Una de sus obras más crudas, la más terrorífica de todas. 
Ese jardín con esa madre cuya incapacidad para aceptar la realidad ha dado forma al verdadero mal en estado puro, ese manicomio, Montgomery Clift con la cara reconstruida tras el accidente, el húmedo Nueva Orleans, esa España en verano… 
“Todos somos niños en una guardería intentando escribir la palabra “Dios” con las letras equivocadas”

Saturday, February 08, 2025

COMO UN IMÁN

Había quedado con Mario Canal para comer en Moncloa, pero llegué diez minutos antes y justo Mario me escribió un Whatsapp diciéndome que se retrasaba, así opté por dar una vuelta a la manzana. 
Es como un imán. 
Mis pasos iban solos a la puerta de mi colegio. 
Como un asesino que vuelve a la escena del crimen. 
Inevitablemente. 

Bajé por el Paseo de Moret que da al Parque del Oeste, donde de adolescente hacía los botellones, yo sin beber. Mis amigos hacían el calimocho y me daban la mitad de la Coca Cola que no se usaba. 
Nunca he bebido. 
Siempre me pareció una ordinariez. 
Nunca lo necesité, ni para divertirme, ni para sentirme integrado. 
Giré por Ferráz, pasando el edificio de las misiones salesianas, que es uno de mis edificios favoritos de Madrid y subí por Romero Robledo, por las casas de los militares del Ejército del Aire, hasta llegar a mi colegio, los Sagrados Corazones. 
Zona de confort y llaga sin curar. 
Tantas mañanas de frío con la mochila a cuestas, llegando tarde. 
Tantas tarde que mi madre me vino a buscar, hasta que no fue más. 
Tantas tardes mirando por la ventana de la clase, viendo el brillo de luz del exterior, deseando estar fuera, en El Corte Inglés. 
Miraba por la ventana y veía gente adulta. Pensaba en la suerte que tenían de poder ir por la calle, de no tener que estar en clase de Mari Carmen. Ahora soy yo uno de esos adultos. 
Quizá algún niño melancólico y soñador miró por la ventana y me vio sin saber que yo fui él. 

Mario y yo fuimos al Domino’s. 
Había ahí una cola de chicos de instituto pretendidamente pijos, pero que se notaba mucho que eran de clase media aspiracional. 
Los pelos, los abrigos, los zapatos, eran casi cayetanos, pero no. 
Ojalá despierten y quieran ir por el lado opuesto al que creen que les va a proteger. 
No podíamos más que charlar sobre Karla Sofía Gascón mientras esperábamos las pizzas… 

A muerte con Karla Sofía. 
Los primeros días tuvo gracia el desenmascarar a la adalid de la causas sociales y de la diversidad. Había ganas porque además caía mal, tan soberbia, tan antipática y tan necesaria. Lo pasamos bien con los memes de “qué comentario racista de Karla Sofía eres según tu signo zodiacal”. Se extrajeron reflexiones: lo cortés no quita lo valiente. Lo trans no quita lo racista, lo feminista no quita lo homófobo, lo gay no quita lo misógino. 
No estaba de más recordarlo. 
 Fascinante fue el hecho de que a la extrema derecha les diese un cortocircuito: de pronto una señora trans pensaba como ellos. Karla Sofía había hecho más por la aceptación trans entre la extrema derecha que cien discursos activistas que predican en su propia parroquia. 
Pero de pronto llegó la marabunta, el pueblo con las antorchas subiendo la colina hacia la casa del monstruo, de Frankenstein y ante el linchamiento tránsfobo no nos ha quedado otra que defender a esta mujer que ha visto cómo occidente la encumbraba en los más alto para en un par de días repudiarla y escupirla al vertedero de la cancelación. 
Me pongo en la piel de Karla y entiendo que en tiempos de oscuridad o ostracismo, en una época en la hacía castings en los que era constantemente rechazada, en la que se sentía ninguneada, sintiese rabia, ira y, al llegar borracha a casa, se metiese a soltar mierda por el teclado de Twitter, como hace el 95% de la gente que usa esa red social. 
Karla pensaba lo que escribía y al mismo tiempo un poco no. 
El ser humano es complejo e imperfecto. 
Ya está. 
Que la dejen ir a los Oscars y aquí paz y después gloria. 

¿Qué pensará Anabel Pantoja, mientras la investiga la fiscalía, de la cancelación de Karla Sofía Gascón?

Disfrutando de nuestras Domino’s roll también hablamos acerca de Isabel Coixet mostrando una gafas con las excusa de hablar sobre The Brutalist
Qué valor, con el cine que hace, criticar The Brutalist. 
En un clásico alarde de reflejo-espejo, la directora de Demasiado viejo para morir joven, señala a The Brutalist de todo lo que adolece si propio cine; de no tener alma. De querer contar algo y no transmitirlo. 
Solo vemos la paja en el ojo ajeno. 

No me interesa nada The Brutalist, ni Isabel Coixet, pero sí que Mira Sorvino y Lisa Kudrow hayan firmado ya por hacer la secuela de Romy y Michele, que ya se haya empezado a rodar Scream 7 con Matthew Lillard o que haya salido tráiler de la nueva película de una de mis sagas favoritas: Destino Final. 
También habrá nueva temporada de mi querida Buffy, que me da que va a ser un reboot, pero que cuenta con Sarah Michelle Gellar
Y arranca también el rodaje de la tercera temporada de Euphoria, que imagino que ya harán todas de madres con los hijos en el cole. 

Amé ver a las fagotas argentinas, miles de ellas, tomando las calles de Buenos Aires para manifestarse contra la homofobia de Milei. 
La extrema derecha nos ha hecho despertar. 

Habían sido los Grammy
Kanye paseando a su novia desnuda, reforzando los roles tradicionales de poder disfrazando la performance de transgresión. 
Los memes con la cara de sorpresa de Beyoncé y la IA en la que irrumpen verdaderos cowboys impidiendo que gane Cowboy Carter. 
Los solidarios agradecimientos de Lady Gaga o Chappell Roan, pero sobre todo la noche fue de la icónica actuación de Benson Boone, que yo, inmerso en mi burbuja fagota, no sabía quién era. Empieza a actuar, con sus rizos de escultura griega y su bigote leather, sentado entre los invitados, le arrancan el esmoquin y pasa a lucir un mono setentero que le marca bien todo lo marcable, tras lo que salta al escenario dando volteretas y haciendo slay. 
Mientras todo esto ocurría, Trump y Netanyahu planeaban hacer una Riviera, unas Vegas en Gaza, sobre la sangre de niños muertos. 

No en los Grammy sino en los premios Feroz, mi amigo Octavio Terol ganó el premio a mejor cartel de cine del año, por el diseño de Salve María. 
Me hizo mucha ilusión verle recoger el premio. 
Octa, con el que hemos compartidos tantos cines, paellas y paseos por Madrid. 
El logo de este blog es suyo! 

Quedamos con Ferdi y Vero para ver La Acompañante
Una obra maestra, comedia de horror sobre las relaciones tóxicas y el maltrato. 
Me recordó a los mejores guiones de Kevin Williamson
Drew Hancock ya en letras doradas y no le perderé la pista tampoco a la grandísima Sophie Thatcher, prodigiosa actriz a la que vi por primera vez en Yellowjackets, hace muy poco en Heretic y aquí, que está inmensa. 

Ah, y que no se me olvide contaros el Benidorm Fest de este año. 
Amo a Paula Vázquez. Es un mito de España. En la primera semifinal estaba como ausente, descolocada. Algo le pasaba. ¿Quizá estaba pasando por un desamor? 
Cada vez que veo a Inés Hernand es como si viese a Christian Bale en American Psycho. 
Ruth Lorenzo muy simpática y muy buena compañera. Se la ve generosa y empática. 
Es curioso que canciones que en su escucha no llaman la atención, luego en directo ganan gracias a la profesionalidad y al talento de los artistas y viceversa; canciones favoritas que luego en directo son un desastre porque el artista no está preparado para actuar en directo. 
Kuve iba con una canción horrible, pero ella lo bordó. Con presencia. 
David Afonso fue con una canción exploit de Marc Anthony, como para señoras divorciadas, pero él está bueno, aunque no lo suficiente como para pasar a la final. 
Chica Sobresalto muy simpática, con carisma, pero una Rigoberta Bandinada. 
Kingdom fueron con una canción muy Vicco, que pretendía ser la sorpresa Nochentera del año, pero a la cantante se la comió el escenario. 
Y al final desafino como una perra pariendo. Sonia y Selena un sueño marica. 
La Chispa era de las favoritas, con su mezcla de Rosalía y La Hungara, pero desafino de un modo muy grosero y desagradable. 
Daniela Blasco salió en plan Beyoncé, luego se puso Chanelista, pero muy quiero y no puedo, sin pegada. Mucho fuego pero poca chicha. 
El público gritando “Sonia y Selena, Sonia y Selena” y de pronto anuncian que quien pasa es Lucas Bum, que me encantó que fuese vestido en homenaje a Locomía, pero llevaba una canción horrorosa a su madre muerta, para dar penita y ganar votos (lo cuál, tristemente funciona), instrumentalizando la muerte de su madre para ganar un concurso. 
Además cantó fatal. 
Luego cantó Edurne, que fue una cosa muy segundomundista. 

En la segunda semifinal la gala empezó con Chenoa cantando un medley ultra-ordinario, muy ella. 
Historia de España. 
Paula Vázquez en esta segunda gala ya estaba más suelta. 
Mel Omana fue la sorpresa. La canción no se podía escuchar en Spotify, pero ella en directo es una bomba. Con fuerza, cantando bien, con gracia. 
Henry Semler muy sosito, muy entre Alfred y Pol Granch. 
Deteresa un mejunje bienintencionado, pero deslavazado y lo peor de todo: feo. La izquierda no debe renunciar a la estética si quiere llegar a ser algún día aspiracional para el público. 
J Kbello una bomba. Sexy y exportable. La iluminación regular; no se le veía todo lo bien que teníamos que verle. 
Carla fue con una canción copia de Aitana que en directo parecía de Ruslana. Lo quiso meter todo: cuarto oscuro, banco central europeo. A ella la falta fuerza. 
Celine hizo una actuación anticuada y cantó mal. 
Melody, la favorita de los maricones, quiso hacerse una Superbowl con todo: ella del cielo en un columpio vestida de Jeepers Creepers, reveal de vestuario, un trono que era una peineta que fue lo más, tumbada en el suelo con leds como beyoncé y al final desafinando como una loba en celo. Ruth Lorenzo cantó una canción de rock pero sin despeinarse. 
Y los finalistas fueron Melody, JKbello, Mel Omana, ah y Mawot, que cantó muy bien, como si fuese Tino Casal, pero que hasta ahí. 

Total que ya en la final ganó Melody, que es muy Torremolinos y Maspalomas. 
Una auténtica folclórica, niña, joven y vieja. 
Por España. 
En esa final actuó Amaral, con ella cantando en directo realmente apabullante. 
Y Rigoberta Bandini con una canción muy resultona pero ella desplegando ese aura oscura que nubla el día. Sacó al escenario a señoras mayores de un modo condescendiente, como si estas señoras fuesen muppets para divertirnos, como si sacase a los Fraggle. 
Pero no eran teleñecos; eran mujeres, cada una con su vida, con su historia.