Wednesday, October 30, 2024

SPOOKY HALLOWEEN

Nos íbamos a poner una película de terror en el proyector de nuestro dormitorio justo cuando vimos a nuestros gatos, Oni y Frou Frou, agitados mirando por la ventana, como si hubiese alguien fuera... Nos fijamos en qué podía estar llamando su atención y vimos un caracol subiendo por el cristal, en mitad de la lluvia. Abrí la ventana, para colocar al gusano en las macetas y que no pudiese pillarse con la persiana, y nos dimos cuenta de que fuera estaba aconteciendo el diluvio universal con rayos y centellas. 
Me produjo un enorme placer dormir con semejante tormenta fuera. 
Al despertar, hoy, árboles caídos, tumbados. 
Pero Madrid no es Valencia… 

No tardaron en llegarme los mensajes de que Valencia y Alicante estaba como si hubiese pasado el huracán Milton. 
Mucho peor pues ya hay 62 muertos en Valencia mientras que en Florida hubo 25. 
Falta de previsión y una alerta que llegó dos horas tarde y todo porque el PP suprimió la Unidad Valenciana de Emergencias el año pasado, porque según ellos era un gasto innecesario, mientras invertían 17 millones de euros en tauromaquia. 
¿Habrá dimisiones? 
A ver si acertáis… 

Este Halloween, mi chico esta jugando a Silent Hill 2 en la Play5, que da un miedo tremendo y yo a Killer Frequency en la Switch, que es una aventura gráfica de terror en el que eres un locutor de una radio local dando la noticia de que hay un psicópata suelto en el pueblo, esa noche… 

Quedé para comer con Mario Canal por Moncloa. 
Nos apetecía un KFC, de repente, pero pasamos por delante de un Basics by Goiko y decidimos problarlo. Es como de smash burgers. No estaban mal, pero nada muy emocionante. El lugar muy frío y las hamburguesas muy saladas. 
Estuvimos comentando La habitación de al lado y lo guay que hubiese sido que la película hubiesen sido Tilda Swinton e Isabel Pantoja. 
Almodóvar podría hacer realidad esos milagros. 
Fuimos a tomarnos el café al Santagloria de Princesa, que tienen unos croissants preñadísimos de Nutella. 
Y ahí Mario me contó la movida que está ocurriendo con Plutón, que entra en Acuario cerrando un ciclo de 17 años que ha sido duro y una prueba de fuego para signos como Capricornio, Cáncer, Aries y Libra. 
Osea, para Amaia Montero y Winona, que tras el calvario entran en una era renovada. 
Estoy preparado para recibirla. 

Terrifier 3.
Soy muy fan de la saga de Terrifier, de la primera película, que fue la puesta apunto gore que necesitaba el terror contemporáneo y de su secuela, que es aún mejor que su predecesora, igual de bestia pero incluyendo elementos de mitología interna. 
Una secuela que situó al terrorífico payaso Art al lado de los monstruos clásicos e icónicos del cine: Frankenstein, Freddy Krueger, Drácula, Jason, La momia, Chucky o Michael Myers. 
Esperaba con muchas ganas esta tercera parte que, además, entronca dentro del subgénero de terror navideño, junto a míticos títulos como Noche de paz noche de muerte o Black Christmas. 
Terrifier 3 se eleva sobre su propia saga, situando su gore y su brutalismo estético a la categoría de arte. 
Es cine subversivo, pro-abolición de la familia, de la navidad, de los aficionados al true crime y de la sociedad contemporánea. 
Es todo lo que no pudo ser The Substance. 
No os la perdáis. 
En cine. 

Me encantaría acudir a un concurso de dobles míos, de dobles de mi persona. Sería como conectar con mis multiversos. 
Timothee Chalamet lo ha hecho, en Nueva York. 
Se presentó al concurso y no ganó. 
Hay alguien que es más parecido a ti que tu mismo. 
Mientras, Damiano David, el sex symbol rockstar de Moneskin, repasa la lección aprendida gracias a la Madonna de los 80, de True Blue, y hace un radical cambio de imagen virando hacia el Gene Kelly de los grandes musicales. 
Las fans están que trinan porque le quieren rockero, pero siempre hay que hacer lo contrario de lo que quieren las fans. 
Las fans creen saber lo que quieren de su ídolo, pero no lo saben y, de hecho, desean lo contrario. 

Asistiendo a la desintegración de la izquierda en España, con todo el facherío, no satisfechos con el despido y la dimisión de Errejón, acusando a todos los partidos de izquierdas de que conocían la situación de este y callaban. 
Viendo el caso Errejón me he dado cuenta de que nada hetero tiene sentido. 
Solo se puede vivir dentro del LGBTIQA+. 
El hombre heterosexual no entiende a la mujer heterosexual y la mujer heterosexual lo lleva muy crudo con el hombre heterosexual. 
Los hombres y las mujeres no se comprenden. 
No pintan nada entre ellos. 
Es tristísimo. 
Errejón debería hacerse gay y todas las mujeres heterosexuales serían mucho más felices siendo lesbianas. 
Si hoy en día tuviese hijos y saliesen heteros, sufriría mucho por ellos. Si naciesen no binaries sería una verdadera bendición. 

Cristina Fallarás me fascina. 
Si no existiese habría que inventarla. 
Es el tipo de mujer que los manaders llaman loca. 
Es la herida abierta. La rabia. 
Me encantaba verla en las mesas políticas de Telecinco siempre exponiendo al facherío. Es excesiva, tierna, antipática y como debe ser toda activista: radical. 
Tiene, sin embargo, un importante talón de Aquiles: su narcisismo. Habla de empatía, pero ella también carece de ella. 
Justo anteayer publicaba un libro, “No publiques mi nombre”. No ha perdido la oportunidad. ¿Es eso monetizar el sufrimiento ajeno en pos del movimiento social? 

Ayer hicimos el directo con público del Especial Halloween de Pijas Marrones
Abarrotamos el Cupra City Garage en una tarde de lluvia. 
Fue muy emocionante ver a toda esa gente disfrutando con Antía Lousada, con Leo Merman y conmigo.
Muchísimas gracias. 
Y Cupra City Garage un lujo. Nos trataron como a estrellas. 
Sentir al público, su energía. 
Entre el público estaba Greta, mi locutora del programa. 
Unas oyente me trajeron Moscovitas. 
Tras el directo, nos fuimos a cenar al Five Guys de Serrano. 
A partir de mañana jueves ya tenéis el Especial Halloween en todas las plataformas de podcast. 

Este Halloween hay que hacer las calabazas, disfrazarse de Puff Daddy, de Errejón, de Lyle y Erik Menéndez, de Terrifier, de The Substance y de Paz Vega directora. 
Después hay que hacer fiesta pijama con pizza, ouija y maratón de pelis: Trick or treat, Talk to me, Evil Dead Rise, Scream, Barbarian, Malignant, La Monja, Jeepers Creepers… 
Dejad la calabaza encendida o Jack OLantern vendrá y os dira: “Truco o trato!”.

Friday, October 25, 2024

IMBERBES

La oscuridad, el infierno, en la aséptica habitación de un hotel. 
No sabía quién era Liam Payne hasta que ha muerto. 
Creía que One Direction eran cuatro, pero eran cinco. 
Tan solo recordaba las caras y los nombres de dos de ellos: de Harry Styles (esa deconstrucción masculina forzada) y Zayn (rey de la morería). 
Cuando fallece gente tan joven, 31 años, siempre siento el vértigo del que se asoma, de refilón, a lo insoldable. 
Un error, un accidente, la fatalidad. 
Como cuando murió el protagonista de Glee o Anton Yelchin… 
Yo no conocía a Liam Payne, no sabía quién era, pero las fans de One Direction, ese grupo que vendía juventud eterna, sí lo saben. Lloraban su muerte en la puerta de ese hotel/infierno y decían “mi adolescencia, mi infancia”. 
No habrá comeback ni reunión. 
No siempre puede haberlo. 

Este martes 29, a las 19:00h, os espero a todes en la grabación en vivo con público del Especial Halloween de Pijas Marrones, en el mega-espacio Cupra City Garage, en Serrano 88. Va a ser lo más. 
Para reservar vuestras entradas entrad en mi Instagram personal y en el Telegram de Pijas Marrones. 
Trick or treat!!! 

Quedamos con Gerard y con Ana para ir a ver La Habitación De Al Lado
Cine evento. 
A mi chico y a mi no nos apetecían palomitas para ver La habitación de al lado. Entramos con Coca Cola Oreo y con chuches del Belros. 
Cada maricón cree que Almodóvar es suyo y que sabe más de Almodóvar que incluso él mismo. Cada maricón cree saber, exactamente y con todo detalle, cómo tiene que ser una película de Almodóvar, qué tipo de actrices debe elegir y cómo debe ser el tono de los diálogos. Pero lo cierto es que Almodóvar es un señor cuyos deseos acerca de lo quiere hacer o dejar de hacer, van por libre. 
Unas quieren que la nueva película de Almodóvar sea como Pepi Luci Bom, otras que sea como Todo sobre mi madre. 
Nunca va a llover de nuevo a gusto de todas. 
Pero, ¿cómo es realmente La habitación de al lado…? 

La habitación de al lado es una película de madurez. 
Es cine crepuscular, melancólico, reflexivo y urgente. 
Es Almodóvar contándote al oído sus preocupaciones. Las preocupaciones de su yo actual, que no es su yo de 1986, ni el de 2001, sino su yo de 2024, de un cineasta de casi 80 años. Y le ha quedado un film dulce, luminoso, sosegado. 
Viendo La habitación de al lado no quería que terminase nunca semejante placer otoñal. 
Tilda Swinton y Julianne Moore están estupendas. No hay duelo interpretativo; reman juntas. Ellas, junto a John Turturro, hacen posible el milagro de que todas las referencias culturales snobs metidas con calzador y esos temas de actualidad de debate tipo el cambio climático o el auge de la extrema derecha, suenen naturales por primera vez en las películas de Almodóvar. 
Y, luego llega esa sorpresa de casting final, solo a la altura de los grandes. 

Mi chico se fue de viaje de trabajo a Londres, a la city, y es salir por la puerta y llamo corriendo a Papa Johns, porque Jaime no me deja comer pizza, así que me la como a escondidas viendo Gran Hermano
Maica y Daniela son las Romy y Michele de este Gran Hermano. 
Son luz incomprendida por los populares. Las ganadoras. 
Lucía y Paula, las mellizas, no generaban movimiento en la casa, pero verlas haciéndose rutinas de skin care mientras los demás estaban a la gresca, era puro ASMR. 
Ojalá verlas horas maquillándose. 
Y me encanta que Ruvens decía que ellas eran como las gatas de La dama y el vagabundo. 
Me fascinó la horripilante madre de Violenta diciendo de Edi “este tío es un mierda, no es un hombre, es un imberbe”. 

Los stories se copan con los siniestros rostros llenos de odio de los asesinos de Samuel. 
Al enemigo hay que mirarle a la cara. 
Mientras, todas las marcas de lencería o de moda femenina se lanzaban al pinkwashing del cáncer de mama. Haciendo marketing para vender más y no dar un duro por la susodicha enfermedad. Menos mal que entre semejante panorama estaba el vídeo de mi admirado Andrew Gardfield junto a Elmo, en Barrio Sésamo, hablando de la pérdida y de la importancia de saber convivir con la tristeza. 
Andrew Gardfield es mi hombre hetero favorito. 
Está deconstruido de un modo muy natural. Diría que ni siquiera ha tenido que deconstruir ninguna construcción previa. 
Representa la evolución humana. 
Es sagaz, divertido, sexy, intensito, masculino, femenino, canta, baila, no teme mostrarse vulnerable. Es uno de los mejores actores de su generación, espectacular en Silencio, Lo que esconde Silver Lake, en Elimaginario del Doctor Parnassus, dónde le descbrí, en Tik Tik Boom, en Nunca me abandones… 
Pero este vídeo en Barrio Sésamo le ha elevado a la cúspide de la cultura occidental contemporánea. 
No he visto nada igual. 

Salma Hayek y Nicole Kidman, en el desfile de Balenciaga, se tiran los trastos a la cabeza como si fuesen dos drags de Rupaul Drag Race en el werkroom. 
Una espectacular pérdida de papeles en público que resulta refrescante entre tanta corrección y que nos traslada al Hollywood clásico. 

Amo a la gente del show business, como a Trump, que le ha dado rabia que Kamala tratase de conectar con la clase trabajadora, diciendo que había trabajado en McDonalds, y ni corto ni perezoso se mete en un McDonalds a trabajar, a poner patatas y sundaes con su delantal. 
Iconografía pura. 

Trump me cae bien y me divierte, pese a ser un hombre absolutamente trasnochado. Tan trasnochado como esa fiesta boda gitana de Paco León, tan blackface y tan parodia cultural, como del 2005, ajeno por completo a la evolución ética woke de los 20. 
Las gitanas están que trinan. 
O tan trasnochado como ese desfile de Victoria Secret, tan arcaico y de mal gusto. Un Noche de Fiesta a la americana. Me da igual que cantase Cher. Muy mal asesorada. 
Las imágenes parecían del 2003, de no ser porque reconocí que eran de este año porque para contentar al feminismo y al body positive han metido a modelos de setenta años y a modelos curvi. 
Pero todo lo demás igual de anacrónico. 

Martin y Juanjo han roto. 
Jamás duró una flor dos primaveras. 
Ya no existen los chicos y las chicas de OT. Y eso que hace meses fueron importantísimos en mi vida. Pero ya no existen. Menos Martin, que ha cantado con la vilipendiada Leire. 
Martin y Juanjo han roto no por los chemsex, sino porque las relaciones que dan lugar en realities de convivencia raramente entienden que la vida real no es para ellas. 
Son amores nacidos al amparo del aislamiento y del extraño y luminoso momento vital compartido. 
Salir de ahí es despertar del sueño. 

Octavio y Ana habían venido a Madrid, recién casados. Jaime se había hecho un desgarro muscular en el gemelo haciendo ejercicio, pero yo quedé con ellos en Plaza de España, una Plaza de España abarrotada de turistas, de guiris y de una manifestación con banderas de Ucrania. 
Subimos Gran Vía, con sus teatros musicales, por el antiguo cine Azul, que luego fue Friday’s, por los antiguos recreativos Picadilly, que tenían unos coches de choque en la planta de abajo donde estaban todos los moros teen. Y nos metimos por San Bernardo, en cuya esquina antes del IED estaba el mítico club Bali Hai, y por la acera del Morocco llegamos hasta el Tiki Tako, que los tacos son baratísimos y están riquísimos. 
Pedimos tacos al pastor, de suadero, cochinita pibil y tinga de pollo. 

Octavio me trajo un regalo: la colección en blue ray de las películas de mi adorada Agnés Varda, pero encima con el cofre diseñado por él, por Octavio. 
Una joya. 
Me hizo muchísima ilusión. 
Otro tesorito en casa. 
Les comenté que lo material me hace siempre pensar en la muerte. En que cuando muera, inevitablemente, todos los objetos que pare mi tienen valor serán basura de container para otros. 
Todo acabará en la basura. 
Le pregunté a Ana por la situación de Cuba, que Ana es rubia y parece sueca, pero es cubana. 
También salió el tema de los alquileres en Madrid y que la gente joven va a dejar de pagar los alquileres. Va a explotar el tema. 
Les dije que me había encantado La habitación de al lado. 

Quedamos para tomar el café con una amiga de Octavio, Eva, que es como un personaje de una película de Noah Baumbach, en la esquina de Hortaleza con Augusto Figueroa, y bajamos hasta la acogedora cafetería gentrificada sin nombre de Barquillo 18, que tiene un café especialidad delicioso y unos bollos muy europeos. 
Nos sentamos en la salita negra de dentro, que es una sala entre agradable y como de que te van a matar. 
Ahí estaba el presentador este gay de La Sexta que se señaló la pulserita LGTBIQ. 
Tomando un reconfortante café estuvimos hablando de bodorrios, que me encantan, con todos los heteruzos de coca ligando, las canciones esas horrendas que escuchan y cómo piden dinero poniendo la cuenta en las invitaciones. 
No hay mayor ordinariez. 

Ahora que se ha destapado los de Iñigo Errejón, veo sus fotos y me da morbo. 
Y es que los gays no somos mujeres cis heterosexuales. 
 Somos otra cosa que no tiene nada que ver.

Sunday, October 13, 2024

Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER

 

Querides todes, este 29 de octubre, martes, a las 19:00h, estáis todes invitades a la grabación en directo, con público, del Especial Halloween de Pijas Marrones en el increíble espacio Cupra City Garage, sito en Serrano 88, enfrente del ABC de Serrano. 
Celebraremos Halloween por todo lo alto. 
¡Os espero! 

Fascinado con lo ocurrido alrededor del término Locktober...
Resulta que los manaders gymbros lo han escuchado en algún sitio y se han creído que es una acción consistente en dejar de ir al gym durante todo el mes de octubre, como una meta de represión asociada al crecimiento personal, pero es que, han metido el cuezo pues Locktober es una dinámica sub/dom, donde el amo/ama mete en castidad a su subby esclave sumise con una cock-gage, una jaula para la polla, durante todo el mes de octubre. 
Una joya. 

Por fin llegó el día de mi temida endodoncia. 
Acudí al dentista completamente acojonado, pues jamás en la vida me habían hecho una endodoncia que, básicamente, consiste en matar el nervio del diente para poder mantener la pieza dental original. 
Me atendió un dentista manader y pensé que se iba a ensañar conmigo por maricón, pero muy al contrario, todo delicadeza. 
Me puso la anestesia local para dormirme media boca y media lengua. Ni me enteré de la anestesia, lo hacen con una aguja muy finita que apenas notas. Esperó un rato hasta que me subiese el efecto y, por temor a que no fuese suficiente, me puso doble ración de anestesia. Cuando ya no sentía la boca, se puso a hurgar en mi diente unos cuarenta minutos, hasta que terminó la endodoncia. 
Me dijo que no masticase de ese lado durante un par de día y listo. 
La endodoncia me costó 165 euros. 
Pensé en cómo hacía la gente que no llega a fin de mes si tienen un diente tocándoles un nervio… 
Sin lugar a dudas, las endodoncias deberían estar cubiertas por la Seguridad Social. 

Llegué a casa, a ver la broca de Marta Riesco y María Patiño en Ni que fuéramos, en la que absolutamente tenía razón Marta Riesco, y de pronto bajó el efecto de la anestesía y sentí mi muela como si un skin me hubiese dado en la mandíbula con un bate de beisbol. 
Me tomé un Enantyum y enseguida se me recuperó la zona. 
Ahora estoy como nuevo. 

El caso de los abusos sexuales en la fiestas de Puff Daddy está siendo el huracán Milton del show business de L.A. 
1.000 litros de aceite Johnssons, 110 consoladores. 
La gente se pregunta acerca del silencio de Beyoncé en torno a esas fiestas en las que ella estuvo. ¿No será en que ellas penetraba a Justin Bieber con consoladores arneses hechos con el molde de la pollita de Jay Z? 
Pero, en aquella época de los dosmiles, ¿no eran así todas las fiestas de todos los raperos? 

Me da igual que el huracán Milton arrasé con toda Florida, pero que no pase por DisneyWorld
Mi DisneyWorld que no me lo toque. 
No creo que se atreva. 
Fuentes cercanas me informan de que ha pasado por Disney ya en nivel 1, y que los parques han cerrado unos días tan solo, metiendo a los clientes en hoteles y animándoles las jornadas con personajes Disney.

Qué ganas ya del especial Halloween en Gran Hermano, con todos los concursantes pasando por el pasaje del terror cubiertos de sangre. Qué ganas de ver ahí a Vanessa, a Maica y a Daniela (estas dos últimas, mis concursantes favoritas). 
Qué impresión ver cómo todos los que le hacían bullying a Oscar, ahora al ver que le público le salva y que recibe aplausos le hacen la pelota. 
Al final va a ser verdad que GH es un experimento antropológico. 

Me invade el desánimo viendo esa España negra de ese siniestro pueblo, Tendilla, en Guadalajara, llena de paletos persiguiendo a un toro en un encierro e invistiéndole con coches. Una España de paletos que me repugna y que hay que erradicar ya con toda la fuerza de la ley. 
Los empresarios fachas de Murcia que tenían sexo con menores a cambio de dinero y que no entrarán en prisión, tan solo harán cursos de reeducación sexual, eso sí, luego celebrando el día de la Hispanidad como esos seguratas del Teatro Barceló que echaron de la discoteca a dos chavales gays por besarse y que le dijeron a uno “tu aliento huele a semen”. 
Todo eso en España, en 2024, esta misma semana. 
Menos mal que hay otra gente que me reconcilia con la especie humana… 

Como, por ejemplo, los activistas GenZ cubriendo el cuadro Maternida de Picasso, en la National Gallery de Londres, con la foto de una madre y su hijo en Gaza. 
Para que los que prefieren mirar ese cuadro en lugar de mirar el genocidio que está llevando a cabo Israel, tengan que verlo, aunque no quieran. 
Marc Giró me da un punto siniestro, pero que haya arrancado su nueva temporada de Late Xou haciendo un número musical con plumas como del Folies Bergere es todo un manifiesto, en la España de la guerra de pollas Motos-Broncano. 
Es una acción realmente relevante. 

Tanto como irrelevante es para mí que Nadal deje el tenis. 
Jamás en mi vida he visto un solo partido de Nadal. 
No hay nada que me pueda interesar menos. 
Recuerdo la época en la que Nadal estaba bueno y hacía campañas de Calvin Klein. Luego empezó a quedarse calvo y en lugar de aceptarlo y raparse para ser un calvo sexy, se aferró a su peinado de Cayetano pero dejando ver el cartón, y de pronto se convirtió en Aznar, en su señor facha acomplejado. 
Empezar bien es difícil, pero aún más lo es acabar. 

Mi chico está enganchado a Heartstopper
Heartstopper es todo lo blanco e inofensivo que el mainstream puede aceptar un producto queer. 
También perpetúa la idea de la atracción gay hacia la masculinidad normativa, pero, aún con todo se trata de un feel-good necesario que supone una gran victoria cultural. 
Es necesario para el espectador infantil, pues Heart Stopper es una serie para niñes de 10 años y luego para adultos que no han podido vivir una adolescencia como las del resto de sus compañeros, que somos todos. 
La crítica a esta serie proviene de que, afortunadamente, el LGTBIQA+ es, de todos los colectivos, el de mayor capacidad de auto-crítica, pero se trata de críticas que provienen, de manera inconsciente, de la culpabilidad social adquirida. Creemos no merecernos lo que han tenido los demás, lo que ha tenido la normatividad, y por eso lo rechazamos. 
Y también estoy a favor de rechazarlo pues, ¿por qué debemos ver que la plenitud es tener lo que ha tenido la normatividad? Somos otra cultura y debemos crear otra cultura nueva. 
Pretty Woman era una historia hetero. El LGTBIQA+ ¿necesita su propia Pretty Woman o necesita crear su propia cultura, con sus propios códigos…? 

Esta semana vino Bajo Cero a Pijas Marrones, a presentar su esplendoroso nuevo single, Catarata, junto a Rev Silver que nos presentó su nuevo álbum Weapon. 
Fue una maravilla de charla, comentando acerca de medicamentos, temazos de música del momento, Métrika, El misterio de Salems Lot, Joker 2, El Hoyo 2, No hables con extraños, películas de psicópatas, el anuncio de los cauetanos, los libros de Tom Spanbauer y Michael Cunningham, el techno…
Por cierto, ya podéis votar a Pijas Marrones para los premios Ivoox
Cada voto cuenta. 

En el súper veo que en la zona de revistas hay una con un titular de Rodolfo Sancho: “la relación con mi hijo es ahora más cercana y divertida”. 
De tal astilla, tal palo.

Fuimos mi chico y yo a ver The Substance, la película evento del momento. 
La película es exactamente lo que me imaginaba, tanto para bien como para mal. 
Además de vuestro dictador soy vuestro vidente del cine. 
Sabía que iba a ser una película atracción de parque de atracciones y también que iba a encerrar impostura a lo Titane. 
Lo más maravilloso que logra este hype es haber llevado a señoras de Vox y del PP y a sus maridos al cine a ver un body horror gore. 
Ya solo eso es histórico. 
Me encantó verla rodeado de matrimonios boomers que creían que iban a ver El discurso del rey. 
Fue toda una experiencia. 
The Substance es la película que ha llevado la serie Z a Cannes. Ahí radica su fuerza y a la vez su debilidad, pues se trata de un divertido bodrio, grosero, hortera, excesivamente subrayado (todo se sobre explica como en un capítulo de Barrio Sésamo), que funciona como buen episodio de Historias de la cripta, pero no si se trata de poner a la altura del cine de Cronenberg o Lynch. 
Es un tipo de película que se disfruta vista a través del prisma del videoclub, pero no a través del prisma del cine de autor. 
La película es atrevida, aguerrida, de un efectismo deshonesto, pero con potencia icónica. 
Mi chico, al salir me dijo “creo que ya no me gusta el cine”. 

De todos los presentadores y presentadoras que ha habido jamás en televisión, únicamente una de ellas logró hacerme sentir que era de mi familia: Mayra Gómez Kemp
Cada vez que aparecía en televisión era volver al hogar, estar en casa, seguro, tranquilo y protegido.
Sentarme a ver el Un Dos Tres era uno de los momentos favoritos de mi infancia y lo era por el programa, que era divertido, chispeante, imprevisible, pero lo era en gran parte por ella, por su complicidad, por su risa. 
Una parte muy importante de mi vida vuelve a ella y la busca.

Tuesday, October 08, 2024

ENANTYUM

Os escribo desde un averno; el averno del dolor. Una muela del juicio, del juicio final, me está tocando un nervio. 
Mascando chicle, de pronto, ví las estrellas. Casi me mareo del pinchazo que hasta me tuve que sentar. Acudí al dentista de urgencia y me dio cita con ondodoncia para seis días después durante los cuales me podía dar un parraque del dolor. Me recetó ibuprofeno y antibiótico, Amoxicilina. 
Apenas me medico, he tomado antibiótico muy pocas veces en mi vida, pero me encanta el antibiótico, siento que me purifica por dentro. 
Es como empezar de nuevo, un reset. 

Viendo a Belén Esteban y a María Patiño en Broncano, ese mix de la España que interesa, la fagota y la hetera. 
Belén Esteban estuvo sembrada, crecida ante el público en directo tras meses sin público delante, y juntas recrearon la pareja cómica clásica del pierrot que corrige al payaso torpe. Una fórmula, en este caso absolutamente no premeditada y natural, que nunca falla. 
Y luego viendo en Gran Hermano cómo se giraban las tornas para Oscar, la marica pija Cayetana, que tras su escarnio ha cogido fuerza y, los habitantes de la casa, al ver que es fuerte entre los espectadores, han empezado a acercarse a él y a hacerle la pelota. 
Al final me veo que Ruvens se va a enrollar con él. 
Echaron a Maite y Jorge Javier fue durísimo con ella en plató, olvidando lo clasista que fue Oscar con ella.  
Max ha lanzado una película original para su carrusel de Halloween: El misterio de Salems Lot, nueva versión de la novela de Stephen King que ya adaptó en su día Tobe Hooper de forma icónica e irregular. 
La película funciona según el prisma desde el que sea vista. Funciona como película de terror spooky para todos los públicos. Una película de terror, de terror de verdad, pero para poder ver con hijes, sobrines, ahijades o nietes. Como Poltergeist, como En los límites de la realidad. Un tipo de terror que se hacía mucho en los ochenta, el cine de terror con el que la infancia se enamoraba del género en el videoclub. 
Desde ese punto de vista, la película es estupenda. 
En cambio, mirándola desde un prisma adulto, la película podría haber sido mucho más inquietante. Bajo ese punto de vista, su terror se encuentra algo desperdiciado. Pero no es esa la película resultante. La película es la que es y se disfruta. 

Habíamos quedado con Reyes en el jardín botánico de la Complutense, en un festival culinario llamado Chefs on fire, con chefs de estrella Michelín haciendo todos cocina a la brasa. 
Hacía un día magnífico, justo el día antes de la verdadera entrada climatológica del otoño. 
Un sábado de sol que parecía primavera. De ponerte y quitarte la sudadera. 
Ahí, rodeados de manaders pijos de La Latina, nos encontramos con Reyes, que estaba con Lara, con Stefan y con María de la Puerta. No sabía que también habían quedado con Laura Ponte, que casualmente me habían preguntado por ella días antes en mis preguntas de Instagram. 
Vino con su hijo, altísimo y guapísimo, ingeniero como mi chico. 
Estuvimos comisqueando en los stands y disfrutando del día. 
Laura me contó que una de las noches pasadas había decidido volver a casa caminando en lugar de en taxi y que se maravilló redescubriendo Madrid, con gente por la calle discutiendo, riendo, una ciudad efervescente que vuelves a admirar si la miras con ojos renovados, con ojos de turista. 

En el evento había ambiente, poco espíritu de Halloween aún, pero ya había gente vestida de marrón otoñal. Vestir de marrón es de cosplay de consulta de psicoanalista en Nueva York, Kramer contra Kramer, Vogue América de los 80, Diane Keaton, Oxford, Cambridge, Jacqueline bissett en Ricas y Famosas. 

Merendando con mi chico vimos dos mesas, cada una con dos señoras merendando y Jaime me preguntó “Viendo a esas cuatro señoras, voy a acertar cuál de ellas es como crees que eres por dentro y cuál de ellas es cómo eres por dentro de verdad”. 
Una de ellas era pizpireta, enérgica, rubia teñida y pensé que así es como creo que soy por dentro y vi a otra, con el pelo teñido de morado, con gesto melancólico y pensé que así es como me hacía gracia pensar que yo era por dentro. 
Mi chico acertó con ambas. No obstante le dije. “Bueno, en realidad, te he dicho cuál es como yo creo ser por dentro pero realmente por dentro no soy como la que te he dicho que soy” Y me dijo que ya lo sabía. 
Mi chico siempre me lee la mente. 
Y yo la suya. 

Teníamos una película pendiente por ver: No hables con extraños. Título perteneciente al género de “me topé con una persona que parecía ser normal pero que resultó ser un psicópata”, género que engrosa grandes títulos en su haber como Misery, Atracción Fatal, De repente un extraño, La mano que mece la cuna, The loved ones, Mujer blanca soltera busca, La huérfana y este magnífico titulo que nos ocupa. 
No hables con extraños resulta ser un remake de una película danesa, Speak No Evil, que no sé si será mejor o peor, pero esta, desde luego, es un survival horror estupendo, tenso, con grandes momentos de vergüenza ajena y en el que todo funciona y todo encaja. 
Tal vez eché en falta que alargasen más la traca final, pero muy bien. 
Además, en No hables con extraños brilla fulgurante el enorme talento actoral de James McAvoy, un actor bestial al que admiro desde Expiación, pasando por los X-Men y muy especialmente por Múltiple, papel por el que debería tener un Oscar. 
De esas películas, que ya hay pocas, en las que te ves gritándole a la pantalla “por ahí no!” “no etres ahí!”. 
Cuando un director logra que el espectador le grite a la pantalla, es que ha conjurado la magia del cine. 

Mientras mi chico ve Heartstopper, yo me pongo Agatha Quién Si No, que va cogiendo fuelle emocional. 
Se percibe que hay algo por debajo que la serie ya sabe y que nosotros solo intuimos. 
Scream 7 ya tiene fecha de estreno: el 27 de febrero 2026. Queda un huevo. 
Por supuesto iré al cine de rodillas. 
Tengo mucha curiosidad, tras la espantada de actrices y director, cómo han reescrito el guión para meter a Neve Campbell de nuevo y cómo tiene previsto dirigirla el mítico y ya mayor Kevin Williamson
Será una maravilla, seguro. 

En mitad de la noche me latigó el dolor de muela. El dolor subía por mi oído hasta mi pómulo. 
Dormí en total dos horas. 
Al día siguiente bajé al dentista para que me recetasen algo más eficiente para el dolor que el Espidifen y me recetaron Enantyum
Fui del dentista a la farmacia a por él y subí a casa casi llorando del dolor. 
Me tomé un Enantyum, me senté a ver Ni que fuéramos y en veinte minutos, la magia: me dejaba de doler. 
Enantyum, que suenas a civilización antigua y a estructura ósea de Lobezno, a ti me encomiendo.

Wednesday, October 02, 2024

MEGALÓPOPY

Octubre, el mes de Halloween, la spooky y la witch season. Esa mezcla de otoño melancólico y divertido terror. Pasamos de autum girl a bruja puta. El tiempo de elegir disfraz, de comprar adornos y dulces americanos de Halloween en CostCo y en Taste of América, todo herejía para la iglesia católica. El mes de volver a ver Pesadilla en Elm Street 3, todas las Scream, Halloween H20, Oculus, Viernes 14 la 4 y la 6, Clownhouse, los Drácula de la Hammer, Terrifier, Jeepers Creepers, la serie de Chucky y de Ash vs Evil Dead. 
De mirar cara a cara al terror y ponernos de su parte. 

Llegamos de la compra y guardo las cosas en la despensa y en la nevera haciendo mi fridge scaping; colocando los productos con etiquetas fea detrás y las etiquetas con logos bonitos, americanos y capitalistas o los más artesanales delante. 
Las mermeladas, las mostazas, los quesos, la fruta estratégicamente situada, haciendo bodegón, para que al abrir la puerta del frigorífico me invada esa sensación de seguridad y de protección que solo da la abundancia. 

Quedamos con Ferdi y Vero para ver Megalópolis
Sabíamos que el plato era fuerte y a la vez, y seguramente por eso, nos excitaba el plan. Era un evento, como tener plan para ir a una ópera pasadísima de rosca o a un concierto de jazz improvisación. Algo insoportable y a la vez efervescente. 
Compramos palomitas, para quitarle hierro al asunto, hicimos nuestras mezclas mágicas de brebajes, que si mezclando en las máquinas Coca Cola de lima y de limón o de Mezzo de melocotón con Fanta de uva, y nos adentramos en la liturgia de la sala oscura… 
Megalópolis empieza bien, prometedora, casi como una película de Fritz Lang, pero no tarda en mostrar su inaudita torpeza, sus pretensiones mal hilvanadas. 
La gente se salía del cine. 
Mi chico salió a rellenar la Coca Cola y se tiró fuera como diez minutos. Se tomó su tiempo para volver. Vero salió y se metió en otra sala, en una película francesa de una matemática o no sé qué. 
Yo me quedé en la sala, no por respeto, ni que estuviese Coppola delante, sino porque la película verdaderamente me estaba entreteniendo, pese al evidente esperpento que observaban mis pupilas. 

Megalópolis es un absoluto desastre, una película subrayada, anticuada, pero es cine libre, indomable y es absolutamente entrañable y cándida, casi infantil. 
Pertenece a ese gran género que tanto amo del cine testamental de chocheo; cuando un director ya anciano ve cercana su muerte y quiere contarlo todo de una vez, su visión del mundo actual, del pasado que jamás volverá y del futuro que no podrá vivir. 
Coppola, ingenuamente, cree que su muerte es el fin del mundo (lo es de su mundo, ¿qué muerte acaso no es el fin de al menos un mundo?), cree que el fin de su cine representa el fin de una era, y así lo plasma en su melancólica e irritante película, pero no es el fin de ninguna era, ni el principio de ninguna otra. 
El mundo sigue girando, sin más. 
Es Megalópolis, por supuesto, la película más personal en toda la carrera de Coppola, junto con, seguramente, Corazonada, mi favorita. Hacía más de treinta años que no veía una película de Coppola en cine. 
La última vez fue Drácula, que me maravilló. Para mi ahí terminó su carrera como director. Con Megalópolis vuelve a hacer cine con mayúsculas, aunque este cine esté desarticulado y pegando tiros al aire. 
Pero recordad: siempre mejor eso que la mediocridad. 
En el reparto, todos los actores están perdidísimos salvo tres interpretes: Shia LaBeouf, Jon Voight y Aubrey Plaza. LaBeouf entiende perfectamente el tono de la película en la que está y entiende que debe retar a Coppola. Sabe que los dos harán el ridículo, pero que lo harán a lo grande. Voight capta también el esperpento del film y lo lleva a su personaje de manera absolutamente consciente. Pero quién se lleva la palma es Aubrey Plaza. Sabéis lo fan que soy de esta peculiar actriz, pero en Megalópolis constata que es capaz de defender y de elevar lo imposible. 

Megalópolis se une, como decía antes, a este noble ciclo del cine testamental de chocheo. 
Hay directores, que ruedan tan mayores, que creen que la película que están rodando es la última, pero luego ruedan más, teniendo varios títulos testamentales de chocheo, como por ejemplo Alain Resnais, que con 87 años rodó la maravilla de Las Malas Hierbas, y después, ya con 92 años, rodó Amar, beber y cantar que es una joya absoluta, compendio de su modo ver ver la vida. 
O Manoel de Oliveira, que con 95 rodó su película testamental, Una película hablada, pero siguió haciendo cine hasta los 108 años. 
También hay cine testamental de gente no anciana pero que siente cercana la muerte de alguna manera, tal es el caso de la hipnótica All that jazz de Bob Fosse, que es como asistir a su propio funeral. 
Incluso hay cine testamental en directores no ancianos pero que creen que nunca más conseguirán dinero para volver a rodar nunca más. Así ocurre con Inland Empire, de David Lynch, con Cosmópolis de Cronenberg o con Holy Motors de Leos Carax. Películas testamentales porque sus directores creían que podían ser las últimas de sus carreras. 
De cine testimonial, siendo Una chica cortada en dos, de Chabrol, una de mis películas preferidas, y siendo el Chico y la garza de Miyazaki una rotunda obra de arte, sin duda me quedo con El último show de Robert Altman, de la que ya escribí en su día en este, vuestro blog. 
En esta joya sin precedentes, Altman utiliza un anticuado programa de radio country como alegoría del fin de un tipo de cine, de una manera de hacer cosas, que llegaba a su fin con él, aprovechando para reflexionar sobre la vejez, las relaciones humanas, el humor y su propia muerte. 
Se despide de sus espectadores y de la vida con educación y alegría. 
El mejor cine, el único de que verdaderamente se aprende , el cine testamental. 

Hay gente que se sale de Megalópolis pero que en cambio se traga Georgina en Netflix… 
No me entra en la cabeza que alguien pueda ver este reality. 
Chicas, poneros el reality de Anna Nicole Smith
Georgina es un personaje absolutamente impostado, sin gracia, no es lista, ni tonta, no es mala, ni buena. 
Simplemente no es nada. 
Entiendo que en los US de A, que no han tenido ni el Tomate, ni Crónicas Marcianas, ni Sálvame, vean Las Kardashian, que aburren a las ovejas, pero que aquí, en España, que fagotas GenZ incautas traguen con Georgina es de tener muy poca cultura trash, kitsch y camp. 
Teniendo en España personajes, como tenemos, tales como Aramis Fuster, Paqui La Coles, Ylenia Padilla, Aída Nízar o Carmen Gahona
Bostezo. 

Veo en una portada de una revista de moda extranjera nada menos que a la mismísima Catherine O’Hara, ahora en alza tras el éxito en taquilla de Bitelchús Bitelchús. 
Es una presencia impagable y absolutamente subversiva. Su mero rostro, por supuesto unido a su inteligencia y a su irónica inventiva gestual, ya es una finísima y a la vez rotunda sátira sobre los convencionalismos normativos. Magnífica de cálida madre de Macauly en Solo en casa, en The Paper, A dos metros bajo tierra, en Very Important Perros… 
Me hubiese encantado verla a las órdenes de John Waters y de Lynch. 
Si Lanthimos es un poco listo la llamará. 

Viendo en stories los memes de la hipopótama bebé malhumorada Moo Deng, que es la nueva estrella de internet. 
Su mera imagen nos facilita el disociar de la broza cotidiana. 
Naomi Campbell es pillada con el carrito del helado y resulta que utilizaba, presuntamente, su asociación benéfica para irse de spas y de vicios. De los cinco millones de euros recaudados, solo 400.000 dólares llegaron a los niños pobres. 
La causa benéfica era ella. 
Villana de ensueño. 

La gente no para de subir contenido de Manu Tenorio, por la polémica esta relacionada con que dice que tiene unos okupas en su casa cuando se trata de unos inquilinos. 
Manu Tenor representa a la España que no interesa. La España de lo mío es mío, de lo primero yo y “los míos”, del irse de putas, de Antena 3, del “ya no quedan valores”, del rebujito, de OkDiario, del “ya es que no se le puede decir un piropo a una chavala porque lo mismo acabas en el calabozo”, del Hormiguero, de la crisis patriarcal, Abascal y Alvisse, del “pero si los gays tienen más derechos que yo”, de los toros, de fumarse un puro, de la caza, de Spagnolo y Vale Cuatro, de Bertín. 
Es el pasado revolviéndose. 

Siempre estamos a punto de ver la película esta de terror de Netflix con Glenn Close, Deliverance, pero nunca nos atrevemos. 
Creemos que va a ser mala y que en realidad no va a ser de terror. 
Pero el caso es que la mera presencia de Glenn Close hace potente una película. Su look es descomunal, entre una Karen de Arkansas y una travesti neoyorquina. 
Los rasgos de esta inmensa actriz hacen que no sepas qué es maquillaje, prótesis o qué es suyo, aunque lo mismo da. 
Es todo máscara y todo verdad. 

Los mediocres de las redes muestran preocupación hacia Camilina y burla hacia la nueva cara de Shania Twain. 
Le hije de Camilo Sesto es todo lo que la sociedad no quiere ver de sí misma y, a la vez, no puede dejar de mirar para auto-reafirmarse en su propio fango. Le hije de Camilo Sesto es subversión, contraculturalidad, ataca directamente a la moral juedo-cristiana ya los convencionalismos normativos. 
Es el fin del género, la reivindicación de la drogadicción, la abolición de la familia, la libertad, el terror, el absurdo de las exigencias capitalistas en una vida fugaz. 
Es un espejo en el que no nosqueremos mirar porque, si lo hacemos, corremos el riesgo de pasar al otro lado, como Alicia. 

Shania Twain es una artista que nunca me ha llamado la atención. 
No la veía marica. 
Siempre la vi para señoras heteronormativas homófobas de la América profunda, lo que visto desde la ironía, es bastante marica de por sí, pero en fin, que nunca me interesó. No soy fan. 
Ha aparecido en una alfombra roja, guapísima, con la cara de Margot Robbie. Y enseguida la gentuza ha salido a criticarla, que si está irreconocible, que si se ha vuelto loca. 
A ver, irreconocible está, pero es que tampoco era muy reconocible antes… 
El caso es que la pobre debe estar pasando muy mal rato y me parece terrible cómo la industria del entretenimiento ensalza la juventud, repudiando a artistas como Katy Perry en cuanto cumplen 35, empujándolas a intervenir sus rostros para retrasar los signos del envejecimiento y, cuando lo hacen, se las tacha de dementes y de absurdas. 
Es lamentable y perverso. 

Un otoño, como cada otoño, en el que Madrid se llena de nuevos estudiantes en su primer año de carrera dispuestos a comerse la ciudad, a vivir el sueño madrileño, a ser ellos mismos, quienes no podían ser en sus provincias, a hacerse célebres y populares haciendo fotos, música, moda, cine o simplemente saliendo a bailar con lookazos. 
Llegaron el mes pasado, llegan cada septiembre. 
Aún no sabemos quiénes son pero muy pronto lo sabremos pues elles crean la cultura y construyen Madrid.