Sunday, September 28, 2025

POPY EN MÁLAGA

Se vende la casa de David Lynch, en Hollywood Hills. 
Me encantaría vivir en esa casa encantada por los espectros del cine y del enigma humano. Rincones en los que, en el silencio, aparecen gigantes, enanos, Laura Palmer, Dorothy Vallens cantando Blue Velvet, o tal vez Ben cantando In Dreams. La caja azul de Mulholland Drive. 
Quizá en algún rincón de esa casa se esconda la llave… 

¡Ojo! Ya están disponibles, en la web del Palacio de la Prensa, las entradas para el directo Especial Halloween de Pijas Marrones. 
No te quedes sin tu entrada. 
Será el Halloween más spooky y marica. 
¡Truco o trato! 
Eso por un lado, por otro… El 27 de octubre, sale a la venta mi ensayo sobre los 50 años de The Rocky Horror Picture Show y todo lo que esta liturgia queer ha significado para el colectivo. 
Ha sido precioso escribirlo y espero que os encante. 
Y ya he vuelto, por fin, con la gran rentrée de la séptima temporada de Pijas Marrones, en Subterfuge Radio, con Topacio Fresh y Chema Díaz haciendo buen repaso del verano. 
Y esta última semana con Chemagic y Elia Tomás. 
En todas las plataformas de podcast. 

Maratón de Overcompensating, la luminosa y desternillante comedia gay de Benito Skinner en Prime y empezó OT 2025
Me da igual que ninguno se haga famoso luego. Ya estoy dentro y les quiero a todos. 
Enganchado a los youtubes, a las clases, los ensayos, a los desayunos. 
Mis favoritos con Max y Lucía Casani, pero me encanta la pija Clueless, Olivia, que empezó desafinando como una perra pero que esta semana ya se ha puesto la pila. Y Laura, la choni que canta como Mónica Naranjo. 
Esta temporada son todo gays & girls. 
Creo que hay un hetero y medio. 
Esta semana echan a Iván Rojo, fagota tóxica. 

Teníamos entradas para la Comic-Con de Málaga, así que cogimos un vuelo y para allá que fuimos mi chico y yo. 
Nunca habíamos estado en Málaga, tierra de Terelu, de Chiquito y de Melanie Griffith
Vi la T4 de Barajas muy cambiada desde que fuimos a Copenhague. Se nota el poderío de la gentrificación. Jaime buscaba El Jueves en los quioscos de prensa.
Un avión muy pequeñito nos llevó a la ciudad de Antonio Banderas. 
En el aeropuerto de Málaga ya se mascaba cachondeíto. Se notaba que eso no era Madrid. 
Teníamos un hotelito boutique en el centro, muy pintoresco, el Anahita, por la Plaza de la Merced, la plaza en la que nació Picasso. 
El hotel era muy guay, como de gay de los 90. La recepcionista parecía una espía rusa.
Todo muy Versace. Versés. 
Había una bañera al lado de la cama. 

Málaga estaba preciosa y muy animada de guiris huyendo de la depresión de sus ciudades. Buscando la vida.
Cogimos un taxi a la Comic-Con. 
Todo muy yanqui, emocionante y con cosplayers entregadísimos disfrazados de Naruto, de Watchmen, los sobrinos del Pato Donald, muchos Lobeznos cachas, Harry Potter, Deadpool, un Jedi tomándose un Monster rosa, Cazafantasmas con Moquete en muppet, Goku, Harley Quinn, el Patriota y michos disfraces de videojuegos que no conocía. 
Los tíos buenos aprovechaban para enfundarse en las mallas de Spider-Man y las tías buenas para ir de videojuegos manga japoneses. 
Un ambiente bárbaro. 
Salimos a comer fuera del recinto ferial y un chico autóctono nos recomendó un sitio de comida casera llamado Los Gálvez y comimos increíble: callos, estofado, albóndigas. Un bar sin guiris, espectacular, con platos saliendo sin parar, los camareros gritando. 
Muy Málaga realness. 
Ordinario y simpático.

Comiendo estuvimos comentando cómo asistimos estupefactos a los fachas revolviéndose cual gato panza arriba a la vuelta de sus vacaciones: Ana Rosa con bajísimas audiencias, Mariló defendiendo los toros y humillada por Broncano cuando dice que ya la gente de derechas no puede decir nada mientras, al mismo tiempo, en El Hormiguero, Nacho Cano, en prime time, pedía un golpe de Estado en directo, sin nadie que le frenase. 
PP y Vox votando en contra, junto con Junts, de la reducción de la jornada laboral a 37 horas. Cada vez que os quejéis de que podríais salir media hora antes de trabajar, recordad quién voto en contra… 
El PP blanqueando cuando no negando el genocidio en Gaza. 
Van como gallina sin cabeza. 
Realmente creo que la derecha ha perdido el relato. 

Eso en España. En USA, tratando de encumbrar a Charlie Kirk a la categoría de mártir, cuando no ha sido víctima de la izquierda sino, simplemente, de su propio discurso. Jimmy Kimmel se mostró en contra de la utilización de la muerte de este señor por parte del MAGA y le despiden del la ABC ipso-facto. Vuelve la censura a los US de A. Pero, claro, tras el boicot de espectadores quitándose Disney, corriendo la ABC volvió a admitirle. 
La presión ciudadana funciona y es lo único que tenemos. 

Ante semejante panorama, nos consolamos viendo a Sabrina Carpenter en la MTV con las trans y a Ariana Grande dando las gracias a los gays, mientras Doja Cat se come el pintalabios en la alfombra roja. 
Con la nueva cara de Jorge Javier, con la vuelta de Madonna que parece Courtney Love, con Mar Flores diciendo “gente fea con glamour”, con Jenna Ortega vestida de Isabella Rosselini en La muerte os sienta tan bien y con Sharon Stone siendo imagen de Mugler. 
Pero, sobre todo, me enorgullece ver cómo South Park se ríe de Trump metiéndole en la cama con Satán, cómo Madrid, mi ciudad, se revela contra el genocidio boicoteando la Vuelta ciclista, con la policía metiendo tremendas hostias a las señoras cuando no se atrevían con los nazis de Torre Pacheco. Me enorgullece ver al Rey posicionándose contra el genocidio, con la derecha estupefacta. Ver como Irlanda, los Paises Bajos y España se salen de Eurovisión mientras no salga Israel. 
La gente leyendo los nombres de los niños gazatíes asesinados. 
600 páginas de nombres. 

Nos impresionó la vegetación de Málaga. Árboles centenarios espectaculares, como de Parque Jurásico, por toda la ciudad. 
Mi chico cenó un pescadito fresco, yo una hamburguesa porque soy una cerda, y nos subimos un brownie al hotel para darnos juntos un baño de espuma comiendo brownie y viendo el primer pase de micros de OT con el ordenador. 
Nuestra suite daba a la calle y se escuchaba a todos los borrachos. 
Mi chico se puso los tapones y yo puse ruido blanco. 

A la mañana siguiente bajamos a desayunar unos churros a Casa Aranda y a ver la catedral. 
Comentamos lo mucho que nos había gustado Alien Earth y lo terrible que es que vengan extranjeros ricos europeos a ciudades de España a comprar por lo que para ellos son dos duros todas las casas de ciudades como Málaga, desplazando a la gente local. 
Subimos caminando por un barrio popular, sin gentrificar aún, hasta la Basílica del Santuario de la Victoria, que por fuera no llama nada la atención, pero que dentro tiene lo más grande: una cripta muy Sam Raimi, maravillosa y Halloweenesca, con calaveritas y escenas absolutamente sui-generis. 
De los lugares más singulares en los que he estado en mi vida. 
Y subiendo unas escaleras llegamos hasta la cúpula de Torre Camarín, que nos dejó literalmente boquiabiertos a Jaime y a mi. 
Una joya del barroco español. 

Nada lejos de la basílica estaba el cementerio de San Miguel. Le dije a Jaime que cogiese una flor bonita por la calle, en alguno de los parques de paso. 
No le dije para quién era. 
Iba a ser sorpresa. 
En el cementerio de San Miguel estaba, sencilla e imponente, la tumba de nuestra querida Jane Bowles
Una de mis escritoras favoritas. 
Me ha acompañado siempre. Desde muy jovencito, con su Dos damas muy serias. 
No soy yo de tumbas, pero su tumba me emocionó. Pensé que ese era el momento de mi vida en la tumba de Jane Bowles. También me emocioné por la historia de esa lectora admiradora suya, anónima, que al descubrir que su tumba estaba en se mi abandono al borde a la fosa común, movió cielo con tierra para darle finalmente una tumba digna. Para su escritora favorita. 
¿Quién es esa estudiante? ¿dónde estará?
Con el polvo de la lapida dibujamos unos corazones. 

Volvimos a bajar al casco antiguo. 
Nos tomamos un aperitivo en el animadísimo Mercado Central de Atarazanas, que aún conserva su sabor de mercado “de verdad” y tras unos paseos fuimos a comer al Mura Mura, un lugar exquisito, entre Málaga e Italia, con unos platos sorprendentes y deliciosos. 
El chef majísimo. 
Nos gusta el lujo.
Subimos al hotel a echarnos una siesta y Ocón vino a buscarnos para el café. 
Hacía años que no le veíamos, desde que fuimos a pasar un fin de semana a casa de Jordi. 
Trajo Cine Crush para que se lo firmase y me trajo un regalo de cuando estuvo en Nueva York: una gorra roja de Make América Great Again. 
Nos llevó a merendar a La Canasta, que es que como el Viena Capellanes de Málaga, con bien de señoras. 
Hablando de cine de terror, del MAGA, de lo guay que es que Amenabar deje de tener tanto autocontrol como cineasta y le haya dado el prota de Cervantes a un chulo que le gusta. 
Dar cringe es un riesgo artístico que tienes que tomar. 
Aún no hemos visto Romería. 

Bajamos por la preciosa calle Larios hasta la calle Principal y bajamos por el frondoso y peligroso parque tropical lleno de familias y camellos hasta el puerto de los yates, por el Muelle Uno y sus tiendas tan Carmen Borrego. 
Ocón, encantador, nos contaba sus escarceos amorosos fetichistas malagueños y llegamos hasta el faro, un faro chiquitito, monísimo, y detrás la playa de Málaga, la Malagueta, con sus chulos, las chicas extrajeras ligando, chiringuitos que habían perdido la madera para convertirse en cubos blancos de futbolista. 
Por ahí detrás vivió Marisol.
Paseando por el paseo marítimo pasamos por el Gran Hotel Miramar, precioso, muy Poirot, preciosos apartamentos, los gymbros en La Caleta, Los Baños del Carmen tan White Lotus y de tanto andar el cuerpo nos pedía un bocadillo campero, que en Málaga es como en Madrid el bocata de calamares, y Ocón nos llevó al MYA, que es uno de los mejores y tenía cola. 
Nunca había probado un campero. 
Espectacular. 
Volvimos derrengados al hotel. 
Pero también hubo baño. 

A la mañana siguiente llevé a mi chico a desayunar a La Recova, pero estaba cerrada, así que acabamos en La Malagueña, que también se desayuna fenomenal. 
Subimos hasta el mirador, con la lengua fuera. 
Qué preciosidad Málaga. 
Entre ciudad de verdad y de verano eterno. 
Además tiene Corte Inglés. Viviría perfectamente en Málaga. 
O eso creo.

Sunday, September 07, 2025

ECLIPSE DE LUNA DE SANGRE

Con los cables de fibra óptica de los drones de guerra, los pájaros hacen nidos. 
Lo que ocurre "a través" de las cosas, siempre en diagonal a lo esperado. 
No detrás; delante, pero sin ser visto.
La vida en mayúsculas, ajena a todo lo demás.

En la tórrida y árida carretera de molinos de viento, girasoles y toros de Osborne, rumbo a Denia. Escuchando a Haim y a Javiera Mena. Sonido L.A. y exuberancia emocional electrónica.
Contándole a mi chico las penosas preguntas de la ridícula María Guerra contra Julia Roberts. 
Hay que ser atrevida y descerebrada para tratar de poner contra las cuerdas a semejante estrella a base de ese vacuo feminismo blanco burgués, de ese descontexto ansioso de likes, banalizando movimientos sociales. 

El festival de Venecia, donde se ha puesto de moda llorar con los aplausos. 
Jacob Elordi llorando, La Roca llorando, Amanda Seyfried llorando. 
Kim Novak no ha llorado en su homenaje por ser la obsesión del Vértigo de Hitchcock, aunque a mi ella también me fascina en la pasional y sureña Picnic. 
Julia Roberts y Amanda igual vestidas, con un traje de chaqueta Versace, que si no me dicen que es de Versace me creo que es de Mango. 
Mi chico me dijo que parecían azafatas del festival. 
Qué ganas de ver la nueva de Lanthimos estrenada en Venecia, Bugonia, sobre unos que secuestran a una importante CEO porque creen que es una aliénigena. 
Bravo. 
Vuelve a repetir con Emma Stone porque está enamorado de ella, pero ojalá le hubiese dado el papel a Lindsay Lohan, a Aubrey Plaza, a Anne Hathaway, Elizabeth Olsen, Natalie Portman, Meghann Fahy, Eva Green o Christina Ricci. Que parece que solo existe Emma Stone. 

Apuntad en agendas: jueves 18 de septiembre, gran rentrée de la nueva temporada, séptima temporada de Pijas Marrones. 
Y en noviembre, mi decisivo ensayo sobre The Rocky Horror Picture Show, en las mejores librerías de España. 
Qué, por cierto, qué bonito el videoclip homenaje a The Rocky Horror de Sabrina Carpenter, Tears. 
Qué gran vedette Sabrina Carpenter. Tan chiquitita. 
El que no me ha gustado tanto es el video The Dead Dance de Lady Gaga, dirigido por un Tim Burton en horas bajísimas. 
Lady Gaga haciendo de siniestra muñeca de porcelana rota con tembleque y con una peluca muy Baby Jane, por otro lado. 
Un video triste, aburrido, sin ideas. 
Muerto realmente. 

Plácidos días en la casita de la playa, desayunando viendo el mar, a los primeros paseantes, con sus perros. Ojalá la playa llena de perros. A los que siguen los del windsurf. 
Leyendo el Fotogramas, tomando el sol. Mi chico releyando Los niños terribles de Cocteau.
Vino Mario a visitarnos y a darse un chapuzón, que andaba por ahí por Alicante.
Nos trajo limones de ofrenda, como si fuésemos Sister Hong.

A comer fideua en el Estanyó. 
Comentando si las pelotas de tenis son amarillas o verdes, lo mucho que nos está gustando Alien Earth, la serie de Alien. 
También que hay que eliminar la religión de las escuelas. Debe haber asignaturas de principios de justicia, de libertad, de igualdad, de comunidad. No de religión. 
La religión no enseña moralidad, enseña doble moralidad; una moralidad para el hombre, otra moralidad para la mujer. 

Resulta que en Dénia había justamente un pride LGTBIQ+ que me recordó a los Orgullos Gay del Madrid de los 90. Nos pilló por sorpresa. Un escenario en una plaza llena de abuelas con los niños, de gays senior con camisetas de rejilla y gays GenZ con pantalones anchos. Una drag autóctona que cantaba la gata bajo la lluvia y Last Dance, otra drag veterana haciendo un lipsync de Never enough for me, homenaje al agocentrismo fagota.
Ese pride hizo que tuviese esperanza en España.

Siguiendo en memes el inolvidable juicio de Cardi B. 
Juicio Pop.
Parece hecho por IA, pero es real, auténtico, con el incalculable valor de lo espontáneo, sin guión. 
Esas pelucas dignas de Phil Spector, esos diálogos de comedia de Aterriza como puedas. 
Es post-punk para la post-ironia queer. 
Un juicio cercano al primer Waters. Cardi B es la reencarnación de Lola Flores. 
Y qué sueño que haya sacado una edición especial de su último disco con fotos del juicio. 

Un blanco y negro y horchata en Verdú. 
Familias con madres vestidas de verano, con estampados y telas vaporosas, imposible imaginarlas en invierno. Comentando que Putin había saboteado un avión en el que iba Úrsula Von Der Layen y que los pilotos tuvieron que aterrizar mirando mapas. 
Mientras, Shein usaba de modelo a Luigi Mangione. 
Que le paguen. 
Fans de la hija de Tita, abeja Reina, como de peli americana. 
Un Chicas Malas del arte de altos vuelos. 

Por Denia vimos unos carteles del Circo Encantado. Un circo sin animales, así con pinta spooky. 
Nos animamos y pillamos entradas. 
Que el acomodador que te sienta en las butacas luego sea un trapecista que da volteretas en el aire, es mágico. 
El circo era cutre y ensoñador. Un hombre lobo equilibrista, un Bitelchús malabarista, dos muñecas Annabelle contorsionistas, una Maléfica, payasos haciendo chistes de culos, de Pedro Sánchez, de Melody. 
De quedarse ahí a vivir. 
El circo estaba lleno de familias de Vox. 
Dentro nos comimos un perrito caliente. 
Pensé que la gente lo destruye todo. Las playas, las ciudades, todo. 

Fuimos al Pont Sec a comer cocas. El sitio es muy Eric Rohmer. 
Comiendo cocas de sobrasada con hijos, de morcilla con cebolla caramelizada, hablando de la nueva Meghan Trainor, flaca, ozempicada. 
El remate final al body positive que nunca existió. 
Solo fueron buenas intenciones. Ocurrió únicamente porque no existía el Wegobi. La gente quería estar flaca. 

El cardenal Zuppi lee los nombres de cada niño asesinado en Gaza y tarda siete horas. Pero la Iglesia sigue sumida en su ponzoña: ahora en Madrid, pretende hacer negocio con la venta millonaria de 13 edificios que fueron donados para fines benéficos. 
No marquéis nunca la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta. 
En Indonesia, 80 latigazos por ser homosexual. Me consuelo viendo el boicot a la Vuelta ciclista, con las protestas contra Israel haciendo tapón. 
La Vuelta la han ganado las protestas pro-palestinas. 
¡Y la cuarta temporada de The White Lotus se rodará en Francia! 
Qué ganas de ver cómo Mike White desmonta a los franceses. 

Quedamos con Victor para comer. Recién llegado de Mónaco, se va a trabajar a Copenhague. 
Acababa de morir su abuela con 102 años y esa tarde esparcían sus cenizas. 
Picoteando unos huevos rotos hablamos del pánico en un vuelo de Alicante a Roma que tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en Bolonia. 
En el vídeo la gente gritando y los manaders diciendo “Bro, bro, bro”. 
Que lo último que puedes escuchar antes de morir sea “bro, bro, bro”… 
También se trató en la mesa la imperiosa necesidad social de una radical distribución de la riqueza. Y lo mucho que le ha afectado a la gente que María Pombo (que ya ves tú qué más dará lo que diga esa pavisosa) diga que no pasa nada por no leer. 
Ha tocado alguna fibra extraña de los complejos sociales. 

Salió el cartel del nuevo Cumbres borrascosas con Margot Robbie y Jacob Elordi. 
Uno de los carteles de cine más increíbles de lo que va de milenio. 
Luego salió el tráiler… 
Fennell, su directora. Una joven prometedora es una de las mejores y más devastadoras películas de la década. Y me envolvió y me sedujo Saltburn, incluso con sus torpezas (ese final explicativo con flashbacks), pero, no obstante, ese Saltburn coloca a su directora en la cuerda floja. 
Este intento de modernización de Bronte chirría a descarrilamiento pero, quién sabe, tal vez consiga enderezar los mandos salvando su película de lo cosmético para llevarlo a la estación de la verdadera pasión desatada. 
La locura, en cine, cuando se manejan grandes presupuestos, requiere de mucha cordura y precisión. 
Expectante estoy. 

Armani no era de mis diseñadores favoritos, me aburría. Más allá, claro está, de ser quién vistió a Richard Gere en el American Gigoló de Paul Schrader, que ya solo por eso es un eternal. 

Vimos el reboot requel de Sé lo que hicisteis el último verano. 
Decepcionante. 
Pretenden echar cierta pimienta a alguna línea de diálogo, pero no le llega a Scream ni a la suela del zapato. 
En realidad viene a ser muy fiel a las primeras. Es igualmente floja. 
Y fuimos al cine a ver el cierre de The Conjuring, el Expediente Warren El último rito. 
Demasiada fanfarria. 
Un Marvel de terror para niños. 
Es una pena porque hay algunas ideas buenas de escenas de terror, pero el terror requiere cierta contención para inquietar. 

Empezó No somos nadie sin Lydia pero con Eva Tú Finca; el descubrimiento del otoño. 
Fichaje espectacular. 
Una Pija Marrón magnética, divertida, carismática, de una honestidad hedonista que traspasa la pantalla. 
Es Starlite Marbella, blazer fucsia, brindar con mimosas en el brunch, pendiente pluma. 

Y arrancó también Supervivientes All Stars. Sonia Monroy ganadora, aunque como sabéis soy muy fan de Adara, tanto como del apabullante nuevo lifting de Jorge Javier. 

Ya queda poco para la ropa de entretiempo, que siempre representa la esperanza del cambio. 
Esas sudaderas, esas rebequitas, esos cortavientos, nos dicen que todo acaba y todo empieza. 
Volver a empezar, respirar un aire nuevo y diferente.