En la cola del súper, esperando a que me pasen la compra, no puedo evitar odiar a la mujer que tengo delante, tomándose su tiempo para llenar lentamente sus bolsas, con la cajera esperando para cobrarla. Conmigo esperando.
Todos podemos esperar porque es su momento.
El supermercado es para ella.
Ella está ejerciendo su derecho a tomarse su tiempo guardando sus productos, abriendo pausadamente su bolso de polipiel de El Corte Inglés, sacando con calma su cartera gigante llena de tarjetas de clubs de descuentos, abriendo su monedero de calderilla para el tabaco. Se siente protegida sintiendo que tiene muchas cosas, en esa cartera.
Esa clase de mujer tipo Terelu.
Finge que no me ve…
No soy nada para ella. Soy irrelevante en su vida y ella disfruta porque sabe que, en ese momento en el que quiero que me cobren a mi también, ella sí es relevante en la mía. De hecho, es plena protagonista de mi fugaz presente, en ese momento. Y ella lo goza de manera sádica y displicente, aunque sabe que en apenas unos segundos desaparecerá por completo de mi realidad y de mi pensamiento, volviendo a ser irrelevante para el mundo.
Entonces es cuando me compadezco de ella y me doy cuenta de que no la odio en realidad, pues en realidad solo es posible odiar a quien has amado. Como mucho la aborrezco ligeramente. Pero tampoco se me permite, pues un gesto suyo, al pasar la tarjeta por el datáfono, un leve gesto de vulnerabilidad y de fatiga ante la vida, conmueve mi corazón y hace que me apiade de su zafiedad.
Y de pronto ocurre el milagro: la quiero.
Siento un franco aprecio por su modesta y acomplejada existencia y tengo de pronto la necesidad de protegerla emocionalmente, de que esté bien, de que nada de lo que la está haciendo daño se lo haga.
Ella tiene una taza en la que la gusta desayunar.
Ella tiene una almohada donde reposa cada noche y sueña.
Henry Cavill comprando vacas en Galicia es el muchacho de los ojos tristes que cantaba Jeanette y que ahora canta Selena Gómez.
Ese Superman gay armarizado de aire melancólico.
Tom Cruise se enamoró de él y le puso bigote fetish Tom de Finlandia.
Beefcake.
¿Para que quiere esas vacas? ¿para ordeñarlas? ¿para tenerlas de mascota? ¿para comérselas? ¿para follárselas?
Escucho en buclé el Ojos Tristes de Selena.
Bajo el hechizo de la fascinación de esta canción, transportado a un lugar en el que no he estado nunca pero que conozco perfectamente.
Qué gran homenaje de justicia a Jeanette, esa estrella de la contención que enamoró a la España de sol de los setenta con sus ojos oceánicos y su inocente y nostálgico acento inglés. El Porque te vas que bailaba Ana Torrent en Cria Cuervos, de Carlos Saura, esa niña adentrándose en los secretos de la vida adulta. Pero mi favorita es Frente a Frente. “Queda solo el recuerdo que hace estallar la noche fría y larga, la noche que no acaba, solo eso queda”.
Europa recomienda tener un kit de supervivencia.
Hay que tener poca vergüenza. Tratar de meter miedo para que aprobemos sin rechistar el presupuesto en armamento.
Por supuesto que no habrá ninguna guerra. Si la hubiese, de poco nos valdría un individualista kit con navaja suiza y cinta americana. Si la hubiese, solo la unión, solo el colectivo y la comunidad podría salvarnos.
¿Ese kit lleva popper? ¿Bomba de agua para lavativas anales?
Para sobrevivir en Mad Max hacen falta las botas altas sado de cuero que ha llevado Pedro Pascal a la presentación de la segunda temporada de The Last Of Us.
La paja del hermano pequeño a su hermano mayor en The White Lotus.
Una cumbre de la civilización.
Qué grandes personajes creados por Mike White:
Victoria es una mujer que huyendo de la certeza de sí misma, de sus propios sentimientos y de su lugar en el mundo ha optado por el cinismo como coraza. Dentro de ese caparazón es vulnerable e indefensa. No quiere a nadie y menos aún a sí misma. Tan solo es divertida para los gays, que la ven como una caricatura de sí misma.
Timothy es el hombre rico heterosexual preso de la alta exigencia del privilegio normativo. Se ha dado cuenta de que su único valor era ser proveedor, pero se le ha caído el castillo de naipes.
Debería quedarse en Thailandia siendo monje budista.
También es únicamente sexy para los gays pues tiene “daddy energy”.
Saxon es un carácter débil endurecido por la cultura patriarcal de la ley del más fuerte.
Su personaje se ha comido a su persona.
Su cultura masculina herida por complejo de farsante le ha empujado a la misoginia y a la muerte de la empatía.
Únicamente sexy para los gays con fetichismo por los bullers.
Lochlan es homosexual reprimido y le pone cachondo su hermano mayor.
Y es un twink.
Es observador y empático con todos menos con su hermano, al que ha deshumanizado.
Kate es una mujer conservadora y neoliberal, egoísta, envidiosa y frustrada, lo que la empuja a juzgar las vidas de los demás para, de ese modo, reafirmar la suya propia.
Es falsa y simpática.
No es consciente de lo disparatada que resulta dentro de su pretendida perfección, lo que la hace altamente atractiva para los gays.
Jaclyn es una mujer llena de inseguridades que necesita las competiciones que sabe que va a ganar para poder quedar por encima de su entorno y así conseguir elevar algo, de manera momentánea, su autoestima.
A los gays nos puede parecer divertida, pero no lo suficiente.
Es vulgar.
Laurie es una mujer igualmente frustrada que sus amigas pero ella además es pesada, va de sincera, es maleducada y mediocre.
Se consuela pensando que es más culta y con valores más profundos que los de sus frívolas compañeras, pero es igualmente infeliz, incluso más.
Nada del gusto de los gays.
Chelsea, la de los dientes. Es un ángel. Parece ingenua pero es más lista que el hambre. Es divertida, compasiva y cariñosa.
También se encuentra perdida, por eso cree en energías y en signos zodiacales.
Siempre va a estar bien porque es de naturaleza vitalista.
Involuntariamente cómica y muy del gusto de los gays, que enseguida la adoptarían de mariliendre.
Rick. Un hombre sensible y atormentado. Con sus movidas hetero. De interés nulo para los gays excepto los que somos capaces de verle como a un personaje de Paul Schrader en busca de la redención.
Piper. Insufrible y presuntuosa. Aborrece a su familia, a la que ve sin principios ni valores, pero ella tampoco los tiene.
Solo es una niña pija jugando al budismo.
La queda mucha sopa que tomar.
Los gays huyen espantados de ella.
Qué manera de gozar la entrevista de Alsina a Ayuso sacándola los colores con el fraude fiscal de su novio. Yo pensaba que Alsina era facha. Quizá solo busca un viral. Pues lo ha tenido, pero bien. Menudo espectáculo de disfrute.
Pero los fachas, con su destrucción patriarcal, han vuelto a permitir la caza del lobo. Los lobos se aparecerán en sus pesadillas. Por las noches, en sueños, ellos serán cazados por los lobos.
Oncólogos denuncian presiones de una intermediaria de las aseguradoras privadas para que no prescriban terapias caras… Luigi, tu sombra es alargada.